Deportes y entorno

La noticia del fiasco de Sierra Nevada ha demostrado, que es carísimo e inviable pretender promocionar deportes que no se adaptan al entorno. Si nos empeñamos en esquiar en Andalucía o en Tertiel, o jugar al golf en Murcia, que nadie se extrañe luego si hay escasez de agua o si hay que construir más embalses y centrales eléctricas para mantener los costosos sistemas de bombeo.Pero es que ni siquiera en las montañas del norte de España las cosas están claras. Las perspectivas del cambio climático, tal como las plantea la Comisión Nacional del Clima, dependiente del MOPTMA, desaconsejan seguir invirtiendo en un deporte, el esquí, sin futuro en nuestro país. A lo largo de los últimos años se ha combatido el progresivo calentamiento a base de extender las zonas esquiables a cotas más altas, o a base de fabricar nieve artificial.

Gran parte de las inversiones han sido pagadas con dinero público. Dinero de un contribuyente que es engañado con fantasías llamadas Jaca 98, Jaca 2002, Jaca 2006. 0 bien proyectos como Sierra Nevada 95, Sierra Nevada 96, etcétera. A cuenta de estas tonterías de "ganar prestigio internacional", estamos financiando comilonas, viajes, comisiones, grupos de presión y otras zarandajas. Aún peor, hemos visto cómo se arruinaban algunos tesoros de nuestro patrimonio natural para convertirse en lugares vulgares, ruidosos y llenos de basura.

Los vendedores de quimeras han sido muy listos a la hora de ilusionar a la opinión pública. Los especuladores y las constructoras han hecho su agosto en Sierra Nevada. Para ellos no ha habido pérdidas. Los que están pagando los platos rotos son los de siempre: el ciudadano de a pie y la naturaleza.-