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Un plató en el supermercado

Un centro comercial muestra las interioridades del cine y sus efectos especiales

"¡Corten, corten!, esto es inadmisible", grita el director a los actores que trabajan en el plató. A continuación, se dirige a los mirones y pide que salgan los extras: les ha sorprendido a todos cargados con el carrito o la bolsa de la compra. Pero ni el director ni el plató ni los actores son de verdad. Y los extras son los desprevenidos clientes del centro comercial La Vaguada, en el que, para conmemorar el centenario del nacimiento del cine, se realizarán hasta el próximo día 19 varias actividades relacionadas con el séptimo arte.La que sí es auténtica, aunque no esté funcionando, es la cámara de rodar que preside el pequeño estudio cinematográfico que se ha montado al pie de una de las escaleras de este centro: es la que utilizó Buñuel en el rodaje de Tristana en los años cincuenta. Los focos, ventiladores, el travelling y demás utensilios a la vista del público también son reales. En unos paneles se explica cada uno de ellos. "Queremos hacer una muestra didáctica de las partes internas del cine. Qué elementos se usan y cómo se usan", explica Antonio Chapera, organizador de estas actividades. Se trata de mostrar al público todo aquello que siempre está detrás de las películas.

Estos días, desde las doce hasta la una y media de la mañana y desde las seis hasta las siete y media de la tarde, el grupo de teatro El Gusarapo ofrece en este plató simbólico "cortos en directo sobre personajes de la historia del cine". Ayer estaban en él Groucho Marx, un caníbal, una especie de Tarzán y su compañera -que provocó varios comentarios entre los grupos de mayores que todos los días acuden a La Vaguada a pasar el rato- con la selva como fondo. La semana que viene lacosa irá de vaqueros. Otra de las actividades es una exposición sobre la historia del cartelismo cinematográfico que da a La Vaguada el aspecto de la Gran Vía. "Se han, recopilado y restaurado los carteles de Gaspar Pérez, como homenaje a este artista que tantos años dedicó a esta actividad. Queremos mostrar cómo se ha comunicado el cine con los espectadores", señala Chapera. En paneles situados por todas las galerías del centro hay también reproducciones de otros que representan películas míticas.

Otra de las posibilidades que ofrece la muestra es contemplar en directo cómo funcionan los efectos especiales en el cine. La maqueta del barco que Mario Camus utilizó en La forja de un rebelde está expuesta en mitad de un pasillo del centro comercial.

Todas las tardes se puede presenciar el hundimiento del barco, una tormenta o una explosión en directo. Y unos monitores reproducen la escena como se vería en pantalla de cine. Una animación que sumar a los escaparates.

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