Buyo - Jaro: 1.082 minutos a cero
La rivalidad entre los porteros del Betis y el Madrid dura mes y medio
. Un terrible zapatazo de Kodro fue lo último en Liga que traspasé la portería de Buyo: lleva 630 minutos, siete partidos, sin recibir un gol. Abelardo fue el último en marcar a Jaro: hace 452 minutos, cinco partidos. Entre los dos, compañeros la pasada temporada en el Real Madrid, suman un total de 1.082 minutos de imbatibilidad.Los números no se detienen ahí. Buyo (R, Madrid) ha encajado 15 tantos en 20 encuentros (0,75 por partido) y sólo el Zaragoza le hizo tres de una sola vez. Las cifras de Jaro (Betis) son más contundentes aún: 10 tantos en 20 partidos (0,5 por encuentro), sólo ha recibido una vez dos tantos de golpe, ante el Valladolid, y es el cancerbero con mejor promedio deI fútbol europeo. Pese a su edad, 37 años el madridista y 32 el bético, son los porteros de moda de la Liga.
El cerrojo que ambos tienen en la Liga no tuvo validez en la jornada de Copa. Jaro no jugó en Bilbao ante el Athletic (4-0) y Buyo recibió dos frente al Valencia (1-2). Esta derrota escoció más de lo sospechado al guardameta madridista. La norma en el Madrid obliga a los medios de comunicación a apuntar en una hoja el nombre de los futbolistas con los que se quiere hablar. Luego, los requeridos acuden a la sala de prensa. Ayer, EL PAÍS solicitó la presencia de Buyo, pero el cancerbero no apareció. "Cuando pierde, no suele hablar". Fue la única explicación que se escuchó en la Ciudad Deportiva para justificar la ausencia del guardameta.
Jaro llevaba mucho tiempo sin cobrar protagonismo. Y en parte, por culpa de Buyo. "Los números", explica el portero del Betis, "dicen que ésta es la temporada más redonda de mí carrera. Pero siempre he sido el mismo. Lo que pasa es que en el Madrid no tuve muchas oportunidades. Y no porque no quisieran. dármelas, sino porque había un compañero con una categoría impresionante que lo impidió. Ocurre que cuando no juegas te tiembla la moral y, aunque sabes que eres apto, te planteas -muchas dudas"
Su llegada al Betis no nació tampoco con demasiado buen pie. Cuando encajó su primer gol, en la segunda jornada de Liga ante el Albacete, la grada sur del Villamarín, la que acoge al grupo más tiffosi del Betis, no le perdonó: coreó el nombre de Diezma, el titular hasta su llegada. Ahora, ya todo le sonríe: "Siempre se tiende a personificar el éxito o el fracaso de un equipo en el portero, pero se debe a la conjunción de esfuerzos".
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