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GENTE

EL ROCK DE LAS MONJAS

Las reverendas madres del instituto de Santa Dorotea, de Thiene, cerca de Vicenza, acaban de conmemorar a su patrona, mártir de Capadocia, con una puesta al día y un remangue por encima, seguramente, de las previsiones de algunas instancias vaticanas. Dado que el público que las 20 reverendas vénetas pastorean en su instituto está compuesto por 450 jóvenes, que se instruyen para maestras y peritos comerciales, ellas han decidido celebrar la ocasión con un concierto de heavy metal y rock, entre discotequeras luces alternas y furiosas guitarras inspiradas más en los Queen o los desenfrenados Iron Maiden que en los sagrados textos. Las monjas, seguidoras de la santa que se dejó martirizar para ver si convencía a sus amigas de que rechazaran la apostasía, estuvieron a pie de obra y sin perderse un acorde, porque, como dijo sor Ángela, 33 años, "querernos hablar a los jóvenes con el lenguaje que les es familiar. Sólo así podremos transmitirles los valores que nos interesan. Y, por otra parte, a mí también me gusta el rock". Eso sí, al día siguiente, quizá para conjurar tanta voz eclesial que acusa al rock de satánico, las madres doroteas y sus discípulos tuvieron otro programa: misa en la capilla y lectura de El principito

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