Abierto en Normandía el puente de tirantes más largo del mundo, sobre el estuario del Sena
Una obra de ingeniería diseñada para resistir vientos de 440 kilómetros por hora
Es un monstruo de hormigón y acero, un símbolo del triunfo de la tecnología y del arte de los ingenieros. Construido sobre el estuario del río Sena, el puente de Normandía ha exigido para su construcción 200.000 toneladas de hormigón y 5.600 toneladas de acero. Su gigantesco tablero de 856 metros de longitud (un récord mundial) se sujeta en dos pilastras gigantescas que dominan la región desde lo alto de sus 214 metros de altura.El puente de Normandía, inaugurado el pasado 20 de enero por el primer ministro francés, Édouard Balladur, une la zona industrial de El Havre, en el norte, con la ciudad de Honfleur, en el sur. La primera piedra fue colocada en 1988. Este puente de tirantes, considerado una proeza técnica ha costado 2.700 millones de francos (más de 65.000 millones de pesetas).
Al ver este asombroso conjunto, uno piensa en masas, esfuerzos, tensiones, pesos... Los ingenieros de caminos no trabajan con encajes precisamente. Las dos pilastras que soportan el puente están fuertemente ancladas en el subsuelo por medio de moles de hormigón de 20.000 toneladas cada una. El puente de Normandía es más bien hijo del viento, que "le ha dado su forma", dice Michel Virlogeux, creador de la obra.
Bertrand Deroubaix -otro ingeniero principal y jefe del proyecto- subraya que "la obra ha sido concebida para resistir dos veces la velocidad de, los vientos más fuertes": 440 kilómetrospor hora. En esas condiciones extremas, el puente oscilaría varias decenas de centímetros en los sentidos vertical y horizontal, como han mostrado los prolongados estudios realizados en el túnel de viento de las instalaciones de Onera, en Modane, y del Centro Científico y Técnico de la Construcción, en Nantes. Como un junco, se doblaría, pero no se rompería,. Esta proeza ha sido posible gracias a la experiencia acumulada durante 30 años de investigaciones, estudios y construcción de este tipo de puentes.
Los colgantes
Antes se recurría a la técnica de los puentes colgantes para las mayores obras. El más famoso, el Golden Gate (1.280 metros), cruza desde 1937 la bahía dé San Francisco, en California. Es la aplicación de un principio con siglos de antigüedad, utilizado para hacer puentes peatonales de cuerdas. Para el Golden Gate "se construyeron dos enormes pilastras a cada lado, desde las que se tendieron dos cables firmemente anclados en la roca por sus extremos", explica Deroubaix. "De estos cables de más de un metro de diámetro parten cables verticales, más pequeños, que sostienen el tablero del puente".Esta técnica es sencilla, pero tiene sus límites, aunque los daneses acaban de tender entre dos islas, cerca de Copenhague, un nuevo puente colgante de grandes dimensiones, el Gran Belt (1.624 metros), que debería estar finalizado en 1998. Con tales tamaños, estos puentes -que marcaron el fin de los puentes de vigas y de los de arco, como el viaducto de Garabit, del genial Gustave Eiffel- exigen anclajes y cables portadores enormes.
Además, su mantenimiento es delicado porque -el cambio de uno de los cables exige cerrar el puente al tráfico durante meses. Todos estos inconvenientes han llevado a los ingenieros a tomar otra vía: la de los puentes de tirantes, "más ligeros y más costosos", que fue iniciada en Francia por el puente de Saint-Nazaire (404 metros). Las ventajas de esta solución técnica se deben a su sencillez: la sustitución de los enormes cables, portadores de los puentes colgantes por una tela de araña realizada, en el caso del puente de Normandía, por una red de 184 pequeños tirantes oblicuos de algunos centímetros de diámetro que se reparten la carga. En este arpa, fijada a las pilastras portadoras, reside el secreto de los nuevos puentes.
Pero es necesario que no vibre demasiado bajo el efecto de los vientos y las tormentas, lo que los ingenieros de la empresa Fressynet consiguieron instalando poderosos amortiguadores en la base de cada tirante y equipando la gigantesca vela de cables con otros cables transversales -las agujas- destinados a evitar que el conjunto tenga demasiada libertad de movimientos. Una técnica original que sin duda podrá ser exportada.
En este proyecto francés han participaron canadienses, japoneses, suizos, daneses y alemanes, porque, curiosamente, "es una profesión en la que hay mucho intercambio, incluso en relación con las cosas que no funcionan", dicen los ingenieros. Así, Lafarge, Bouygues y Campenon-Bernard diseñaron la recela de un hormigón ligero, de gran resistencia, impermeable a las brumas y en cuya composición entran finas partículas de sílice. Así, a los diseñadores de la obra se les ocurrió dar al tablero del puente un perfil de ala invertida para reaccionar mejor al viento. Soluciones audaces que esconden muchas horas de cálculos.
Ensayos en ordenador
"El verdadero desarrollo de estos puentes ha coincidido con el de la informática", explica Deroubaix. Sin la potencia de los grandes ordenadores -capaces de modelizar el comportamiento de las estructuras, de prever los efectos del viento-, el puente de Normandía sólo habría sido un sueño, y a los escépticos les habría resultado fácil afirmar que este puente sería tan frágil como el puente colgante de Tacorna, al que un viento de sólo 64 kilómetros por hora retorció y se llevó como una brizna de paja en noviembre de1940. Para probar el nuevo puente del Sena, una barcaza anclada y un remolcador tiraron de él en todos los sentidos con una fuerza de 100 toneladas.La obra de Normandía mantendrá su récord por poco tiempo y será destronada por un puente de tirantes mayor aún, el de Tatara (890 metros), que los japoneses acaban de empezar a construir
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