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La muerte de los cuatro gitanos austriacos se debió a una bomba trampa de un 'comando' racista

Austria está conmocionada por el terrorismo xenófobo y racista. Dos atentados en apenas 24 horas han causado cuatro muertos y un herido grave. Ayer estalló una bomba en Stinatz, donde viven miembros de la minoría croata. El basurero Erich Preissler, de 30 años, resultó gravemente herido al manipular un contenedor en el que estaban ocultos los explosivos. El día anterior murieron cuatro gitanos en Oberwart al estallarles una bomba trampa cuando intentaban quitar de la calle una señal de tráfico con la pintada racista "gitanos, volved a la India". Ayer se confirmó que fue un atentado. Ambas localidades están en la provincia de Burgenland, donde viven minorías gitanas, húngaras y croatas.

Los explosivos empleados para asesinar a los gitanos eran "de alta eficacia y utilizados sólo por profesionales", según la policía. Estaban adheridos al poste y se activaban al más mínimo movimiento. Las víctimas fueron los hermanos Karl y Erwin Horvath, de 18 y 22 años, respectivamente; Peter Sarközi, de 27, y Josef Simon, de 40.Ha causado indignación en organizaciones de derechos humanos y en partidos de la oposición que el Ministerio del Interior responsabilizara inicialmente a las víctimas. La primera versión fue que habían muerto al manipular una bomba fabricada por ellos. La policía interrogó a los familiares de las víctimas y buscaron en sus casas restos de explosivos, sin éxito.

Según líderes de la comunidad gitana de Oberwart, dos de los muertos habían recibido amenazas de muerte por teléfono. En la noche del sábado al domingo, las cuatro víctimas salieron de sus casas para observar a un vehículo sospechoso que circulaba por el camino rural, transitado casi exclusivamente por gitanos que viven en esa comunidad.

La policía austriaca, un tercio de la cual vota al extremista de derecha Joerg Haider, aún no ha encontrado a los neonazis que fabricaron y enviaron cartas bomba que hirieron gravemente a- siete personas hace un año, entre ellos al ex alcalde de Viena, Helmuth Zilk. Las versiones iniciales del Ministerio del Interior aseguraban que las cartas bomba eran responsabilidad de "círculos serbios". Después, cuando a un policía le estalló una bomba que había sido instalada en un colegio bilingüe de Klagenfurt, las autoridades revelaron que los principales sospechosos eran «chulos y jefes de las mafias de prostitución". "Es una escandalosa minimización del terror de la extrema derecha", aseguró ayer el activista de derechos humanos Martin Schenk.

El primer ministro, Franz Vranitzky, condenó ayer el atentado, al que calificó de "cobarde", y aseguró que el Gobierno buscará "sin descanso" a los culpables. Por su parte, el vicecanciller, Erhard Busek aseguró, que el terror neonazi tenía como finalidad "desestabilizar la democracia".

En Oberwart, cientos de jóvenes encendieron velas y llevaron flores al lugar del atentado, donde el comité antifascista montó una guardia de honor.

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