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El 'renovador' Lionel Jospin será el candidato del Partido Socialista a la presidencia de Francia

Enric González

Lionel Jospin será el candidato del Partido Socialista (PS) a la presidencia de Francia. Alrededor de un 65% de los militantes optó por el menos mitterrandista y más renovador de los dos aspirantes en liza frente al ofi cialista Henri Emmanuelli que ayer por la mañana, cuando aún no había concluido el recuento de las papeletas depositadas el viernes en las urnas, asumió públicamente su derrota. Con la elección del renovador Lionel Jospin, el PS se decidió por el hombre mejor colocado en los sondeos y, en principio, con mayores posibilidades de alcanzar el único objetivo que parece posible: estar presente en la segunda vuelta y obtener un resultado honroso frente al gran favorito, el conservador Édouard Balladur.

Los afiliados al PS mostraron, con una participación superior a la prevista de más del 70%, que la elección presidencial seguía interesándoles, a pesar de los malos pronósticos y de llamamientos a la abstención, cómo el de la diputada Ségoléne Royal. En su decisión favorable a Jospin, un ex dirigente que había quedado al margen de las poderosas corrientes y familias internas en 1994, se reflejó también una notable dosis de sentido común: se les pidió que eligieran un "presidenciable" y lo hicieron, fijándose en las encuestas de popularidad y en el perfil de cada aspirante, en lugar de refrendar al primer secretario, Henri Emmanuelli.Emmanuelli, aspirante indirectamente patrocinado por Franoçois Mitterrand a través de su amigo Roland Dumas y su hijo Gilbert Mitterrand, es un hombre del aparato del partido, con una imagen pública agria y sectaria. Está procesado, además, por un presunto delito de financiación ilegal del PS, del que fue tesorero, y tendrá que comparecer próximamente en un juzgado.Reacción ante la derrota

Aunque no se duda de su honestidad personal, el perfil de Emmanuelli no corresponde al de un candidato a la presidencia. Aunque el resto de la izquierda (los comunistas y los populistas de Bernard Tapie) había mostrado claramente sus preferencias por el primer secretario pues le consideraban, frente a Jospin, el único aspirante capaz de unir a todo el electorado no conservador en una hipotética segunda vuelta, la militancia del PS se pronunció por el candidato más aceptable para el conjunto de los votantes franceses.

Queda por ver la reacción de Emmanuelli ante la derrota. Una dimisión del primer secretario del partido, a las puertas de la campaña por la presidencia y de la inmediatamente posterior campaña para las elecciones municipales, tendría efectos desastrosos en el ánimo de los socialistas.

A juzgar por las declaraciones del entorno de Emmanuelli durante el día de ayer, podía esperarse que éste siguiera al frente del PS hasta después de las municipales en un papel no de liderazgo sino de simple administración de la maquinaria partidista. Lo que ocurra después es imprevisible: dependerá del resultado de Jospin en las presidenciales y de las alcaldías que el PS consiga en junio.

Tanto Emmanuelli como Jospin tendrán que definirse hoy, durante un congreso extraordinario que se celebrará en París, para proclamar oficialmente al candidato socialista. Emmanuelli, como perdedor, deberá explicar cómo asume su papel de dirigente sin liderazgo.

Jospin, por su parte, tendrá que precisar las líneas básicas de su campaña, y sobre todo adoptar una posición respecto al movimiento radical del populista Bernard Tapie. Tapie fue, sin duda, una de las claves del éxito de Lionel Jospin en la votación interna. Tras semanas de oponerse a él y amenazar con un candidato alternativo en caso de que el PS eligiera a Jospin, el multiprocesado ex magnate, ex dirigente futbolístico y ex ministro hizo una declaración inesperada justo antes de que se votara en las sedes del PS: "Estoy dispuesto a apoyar a Jospin si los socialistas le eligen", anunció Tapie.

La de Tapie a Jospin fue, sin embargo, una mano tendida con muchas condiciones. "Una vez sea designado, hace falta que [Jospin] sea abierto, que me estreche francamente la mano Para mostrar que no desprecia a los 2,5 millones de electores que han votado por mi en junio pasado [en las elecciones europeas]% señaló Bernard Tapie.Una decisión delicada

Para Jospin, se trata de una decisión delicada. Si se mantiene alejado de Tapie, éste puede patrocinar un candidato propio (ya que él está personalmente inhabilitado por el juzgado que instruye la quiebra de sus empresas) y robarle los votos necesarios para llegar a la segunda vuelta.

Pero un pacto con Tapie supone abrazar a la izquierda más demagógica y menos escrupulosa en sus manejos financieros, y en cierta forma aliarse con todo aquello que Jospin ha criticado sin ambages desde que, en 1992, abandonó su puesto gubernamental como ministro de Educación.

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