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El homenaje de paz a Ordoñez reúne a miles de personas de distinta ideología

Aurora Intxausti

. Miles de personas asistieron ayer en San Sebastián a un emotivo homenaje, totalmente apartidista, en memoria de Gregorio Ordóñez, asesinado por ETA el 23 de enero. Nacionalistas y no, nacionalistas reclamaron desde un estrado blanco y azul, presidido por la frase "Bakearen alde elkarrekin" (Juntos por la Paz), el derecho a que cada ciudadano exprese con libertad lo que piensa y el fin de la utilización de las armas por una minoría. . El presidente del PP, José María Aznar, el más aplaudido, reivindicó en el polideportivo de Anoeta el derecho de Ordóñez a ser lo que era, sin tener que pedir permiso a nadie, "un vasco del Partido Popular". La viuda de Ordóñez, Ana Iríbar, que no asistió al acto por no sentirse con fuerzas para vivir ese momento, recibió también una cerrada ovación.El presidente del PP no olvidó al obispo de San Sebastián, José María Setién, criticado duramente por algunos miembros de la ejecutiva de su partido, y manifestó su agradecimiento "al pastor de todos los donostiarras". Aznar recordó a los asesinos del concejal que San Sebastián "no es coto vedado a nadie, que es de todos los donostiarras, de todos los vascos". Y además les dijo: "Habéis convertido vuestra rebelión en una farsa; vuestra revolución, en un saqueo de extorsiones". Kepa Aulestia, ex diputado de Euskadiko Ezkerra, se dirigió a Aznar, aunque sin pronunciar su nombre, para decirle: "Entre nosotros hay quien está llamado a asumir la más alta responsabilidad política y es posible que un día le corresponda a él proclamar solemnemente: hemos conquistado la paz". La viuda del senador socialista Enrique Casas, la eurodiputada Bárbara Durkhop, pidió a los nacionalistas un rechazo a la violencia sin ambigüedad y apeló a la "responsabilidad del nacionalismo democrático, porque este terrorismo", dijo "es hijo del nacionalismo exarcebado".

Gabriel Cisneros, víctima de un atentado terrorista en 1979, reclamó la unidad de todos los demócratas en favor de la paz. "Lo que nos une por encima de toda divergencia es que queremos conquistar la paz con el arma de la palabra y teniendo por munición la razón", indicó. Cisneros finalizó diciendo: "Por amor a Dios, a Euskalherria, a España, dejad de matar". Fernando Savater, filósofo donostiarra, efectuó una reflexión sobre el asesinato de Ordóñez. "Me he dado cuenta de que las personas que piensan diferente de nosotros son necesarias. Para cada uno de nosotros nuestros adversarios son imprescindibles porque marcan el límite de nuestra cordura", indicó.

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Sobre la firma

Aurora Intxausti
Coordina la sección de Cultura de Madrid y escribe en EL PAÍS desde 1985. Cree que es difícil encontrar una ciudad más bonita que San Sebastián.

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