"La clave ha sido: fidelidad a nuestro modelo"
Carlos Abad, 37 años, madrileño, no tenía previsto verse a estas alturas Al frente de un canal de televisión de pago que acaba de traspasar la barrera del millón de abonados. Al margen de ser hijo de un periodista, lo que ha hecho en la vida está poco relacionado con los medios de comunicación: el servicio de estudios de la Bolsa de Madrid, una beca Fullbright y la consultoría de gestión de alta dirección McKinsey and Cia, desde la cual participó en varios proyectos de fusión bancaria y asesoría de telecomunicaciones. De ser un crítico de la gestión empresarial ha pasado a dirigir una de las empresas del sector sobre el que ha estado aplicando la lupa. Conclusión: "Es mucho más divertido aplicar los conocimientos, que explicar a terceras personas lo que deberían hacer".Pregunta. El canal de televisión por el qué pocos apostaban al principio acaba de superar el millón de clientes. ¿Y ahora qué?
Respuesta. Pues ahora, a por el segundo millón. Yo creo que nos van a ayudar mucho nuestros abonados y, por supuesto, vamos a mantenernos fieles al modelo fundamental de Canal +: cine de estreno, grandes eventos deportivos y preocupación por la línea estética, y por traer los contenidos más renovadores en el mundo de la ficción.
P. ¿Algo nuevo para este año?
R. Tenemos nuevas operaciones de compra de derechos deportivos, como la exclusiva del atletismo español. Estamos comprando todo el cine de estreno, con la particularidad de que este año la añada va ser muy buena. Y estamos preparando una programación de producción propia para emitir en abierto, que hable del mundo del deporte, del cine, de la cultura en general, como escaparate de lo que el espectador va a encontrar después en la parte codificada. Hemos empezado con Más deporte, trayendo la idea del deporte-aventura para gente joven, y próximamente anunciaremos un magazine de corte cultural con humor, sorpresas y personas relevantes del mundo de la cultura. También vamos a comenzar a trabajar en una franja de espacios infantiles.
P. El reparto de un beneficio a cuenta causó cierto asombro. ¿Los resultados de 1994 responden a esas expectativas?
R. Algunos analistas financieros han adelantado una estimación de 5.000 millones de pesetas de beneficios para el ejercicio de 1994. El Consejo de Adminstración, en un plazo breve, aprobará las cuentas del ejercicio.
P. ¿Por qué es ésta la única empresa de televisión que marcha bien en España?.
R. Canal + funciona muy bien en antena, creo que eso está claro. Además, tenemos en pie una maquinaria comercial y logística, y de atención a los clientes, con la que cuentan muy pocas empresas en este país. Quitando las grandes compañías de servicios básicos, como las del agua, la luz o el teléfono, en España prácticamente no hay un millón de abonados a nada. Nosotros recibimos dos millones de llamadas al año, movemos cientos de miles de aparatos por toda España; acabamos de propiciar una operación industrial de montaje de descodificadores en España, que realiza Sagem Ibérica, además de los adaptadores que desde siempre hacen las cooperativas, de Mondragón. Muchos de nuestros abonados han tenido que resolver incidencias alguna vez, pero nuestra empresa ha sido capaz de resolverlas. Hay problemas con otras compañías que yo no he sido capaz de arreglar, en muchos años.
P. Pero los proveedores les van a encarecer los productos, ahora que confiesan más abonados.
R. Eso es una práctica habitual de la industria, de la televisión de pago y nos parece razonable. Ahora mismo abonamos cifras cuatro o cinco. veces más caras que al principio por un derecho similar. Las películas nos van a costar cerca de 1.000 millones de pesetas más en 1995 que el año pasado.
P. Además de lo que sale porla pantalla, Canal + se ha convertido en un cañón financiero.
R. Canal + ha tenido que invertir muchos miles de millones, de pesetas para llegar adonde está y ahora está comenzando a recuperar la inversión. Hay una cierta injusticia en decir que Canal + gana dinero, mientras que las demás televisiones pierden. Antena 3 o Tele 5, en su primer año completo de emisión, podían ganar dinero porque tenían una rejilla completa y podían generar ingresos de publicidad, mientras que nosotros comenzamos con muy pocos abonados.
P. ¿Cuál es su posición en el debate sobre las cuotas obligatorias de producción europea?
R. Yo soy un firme creyente en el libre mercado. No hay, como el voto del mercado para de terminar qué es lo que debe salir adelante y lo que no. Pero también veo muy favorablemente las medidas de apoyo a la producción española y, europea, más que protegerla. Unilateralmente, nosotros hemos decidido dedicar el 50% de nuestro presupuesto de inversión para 1995 a producciones españolas, cinematográficas o de otro género. Lo importante es que se apoye a los nuevos creadores, y una vez dada la inicial oportunidad de demostrar el genio, hay que dejar al mercado que determine quién continúa y quién no. Lo que sería un fracaso para todos es que personas sin audiencia ni éxito siguieran produciendo, en virtud de un esquema de protección permanente.
P. ¿Y su canal se considera definitivamente al abrigo de las convulsiones que sufren otros?
R. Este canal funciona muy independientemente del día a día de la televisión generalista. En todos los países, la televisión de pago es un subsector distinto, que se rige por otras claves. Teniendo eso en cuenta, tengo el máximo respeto por mis colegas de las otras televisiones, que se enfrentan con papeletas bastante complicadas.
P. Complicadas, porque muchos se empeñan en convertir el mercado de la televisión en un caos.
R. Uno de los éxitos de Canal + es que se ha mantenido como una oferta muy diferenciada. No sólo porque nos financiamos de la publicidad en una parte mínima, sino por línea estética y de programación. Yo creo que cabría una diferenciación mucho mayor entre las cadenas. Personalmente, opino que la televisión pública debería ofrecer productos como los encuentros de las selecciones nacionales de deportes, las series de calidad como La Regenta, los informativos, los espacios culturales, la vanguardia en tecnología; y Tele 5 y Antena 3 podrían tener las series nacionales de gran éxito, los reality shows y otros espacios. Cuanto más encuentren su sitio y jueguen menos a contraprogramarse, saldrían todos ganando y costaría menos dinero. No se valora, muchas veces, el esfuerzo que hacen los equipos profesionales de las otras televisiones para poner en pie programaciones tan complejas como las que están ofreciendo.
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