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El Logroñés suma su primera victoria

Dos derrotas en casa meten al Celta en zona de peligro

No corren buenos tiempos en Balaídos. El Logroñés se aprovechó de ello y frustró su récord negativo con una victoria que le permite puntuar fuera por primera vez en toda la temporada. Gran parte del mérito hay que atribuírselo al Celta. Las bajas del goleador Gudelj y de su jugador titular, Ratkovic, no son disculpa suficiente para su incapacidad. Los jugadores parecen saltar al campo convencidos de que no podrán derrotar a ningún rival por muy mala estadística que presente. El brillo de su victoria en Riazor ha acabado oscurecido por dos derrotas en casa que lo sitúan muy cerca de la zona peligrosa de la Liga.El partido no presentaba buenos augurios para el Celta. La baja de Ratkovic: para los próximos tres meses parece una losa demasiado pesada para un equipo que muestra todas sus carencias en cada partido que disputa en Balaídos. Los aficionados vigueses no acaban de creerse que el equipo que puntua e incluso juega bien en otros campos sea el mismo que ellos ven sufrir cada 15 días. El Logroñés, un equipo prácticamente desahuciado en la Liga, no fue una excepción y volvió a poner al Celta en evidencia. La presión que exhibe ante rivales de mayor fuste se revela ineficaz cuando se trata de desarmar a un equipo modesto. Ahí sólo desequilibra el talento y al Celta no le sobra.

Ni siquiera esta vez puede señalarse la ausencia de Ratkovic como único detonante de la derrota. Su sustituto, Gil, realizó un buen partido en la banda izquierda. Él y Desio llevaron el peso del equipo y condujeron todo el juego ofensivo. Dos lanzamientos de falta del argentino fueron las mejores ocasiones locales en todo el primer tiempo.

Los méritos del Logroñés tampoco fueron demasiados. Eso sí, sus jugadores mostraron la tranquilidad del que ya se sabe con casi todo perdido. Traían la lección bien aprendida. Se trataba de esperar en la cueva hasta que se presentara una oportunidad. Llegó al filo del descanso, en una jugada no demasiado bonita pero que los jugadores riojanos sin duda no olvidarán. Era su primer gol en campo contrario en toda la temporada. El autor de la hazaña, Juanjo, fue de lo mejor de un equipo que parece ver la luz de una débil esperanza.

La segunda parte fue un nuevo ejercicio de impotencia del Celta. Todos los defectos de su juego se agigantaron con las prisas. El Logroñés estaba tan contento con su tesoro que hasta José Ignacio se atrevió a intentar el gol desde medio campo. El día iba de récords, pero esta vez Villanueva estuvo más inspirado que ante Hagi y detuvo el esférico.

Las únicas opciones para igualar el marcador las tuvo Sánchez, pero el ex valencianista, como muchos otros, no tenía su día y falló dos goles cantados. El público no se conformó con la fácil justificación de las ocasiones fallidas y despidió con bronca a su equipo. La decepción no era sólo por el resultado sino por las escasas posibilidades de mejora que se atisba.

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