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Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Huelga de separados

LA ASOCIACIÓN de Padres Separados asegura que el 68% de las mujeres separadas que cobran pensión del marido está conviviendo con otro hombre y ha llamado a sus asociados a dejar de pagar unas pensiones que califican de vitalicias, en un gesto que significa apelar a incumplir las sentencias dictadas por los jueces.Las asociaciones de mujeres separadas aseguran, en cambio, que constituye una burda rnanipulación estadística la afirmación de que dos de cada tres mujeres consiguen establecer de nuevo una relación de pareja estable después de su separación. Arguyen, entre otras cosas, que es muy difícil rehacer la vida en pareja para el caso habitual de mujeres cargadas de hijos. Los amagos sentimentales suelen quedar en, balbuceos ante los que retroceden rápidamente quienes vislumbran detrás de una relación incipiente la carga de la responsabilidad sobre una entera familia ajena.

El caso contrario, en cambio, es menos frecuente: suelen ser menos los hombres que mantienen la tutela de los hijos y más los que tienen condiciones de libertad para regresar por el camino conyugal. En el fondo, lo que los padres separados están insinuando es que hay que quitar la pensión a las mujeres que establezcan relaciones, sin llegar a la convivencia, con otros hombres mientras cobran su pensión. "Si pago que no salga con nadie". La existencia de casos excepcionales de abuso no debe dar pie a un llamamiento generalizado a la desobediencia.Más razón suelen tener los padres en otra cuestión que no se ha planteado en este debate, y es el cumplimiento del derecho de visita establecido por numerosas sentencias, que quedan en papel mojado. Si los padres separados consideran que la ley que en estos momentos regula la disolución del matrimonio no es adecuada, deben recurrir a los mecanismos previstos en el ordenamiento jurídico para promover cambios legislativos, y no prescindir de una ley que obliga a todos por igual.

Además, la asociación ha sembrado la confusión al hablar de pensiones vitalicias, cuando entre los motivos que explícitamente cita la ley para extinguir el derecho a la pensión figura precisamente el hecho de contraer matrimonio o convivir maritalmente con otro hombre. Luego, si la mujer convive con otro hombre, lo que tiene que hacer el ex marido es notificarlo al juez y esperar su resolución. La ley, hecha para todos, prevé el pago de pensiones por alimentos, en los casos en que una de las partes -la mujer o el hombre- queda en situación desamparada y también establece una pensión compensatoria para aquel miembro de la pareja que sufra por causa de la separación una gran merma del nivel de vida que tenía.

El espíritu que ha guiado al legislador es proteger la parte más débil, y no es casualidad que la mayor parte de las pensiones compensatorias se concedan a mujeres. En cualquier caso, también hay un mecanismo para adaptar la pensión a la realidad cada vez que cambien las circunstancias. Si la situación de quien la recibe se ha modificado ya no existen las circunstancias que motivaron la compensación, la parte que paga puede plantear su modificación ante el juez de familia que dictó la sentencia. Y el juez decidirá en cada caso si debe mantenerse la pensión y en qué cuantía.

Este es, por otra parte, un procedimiento muy habitual en los tribunales de familia. Otra cosa es que algunos de estos trámites se demoren excesivamente, a veces hasta seis y ocho meses, pero los jueces suelen declarar efectiva su resolución desde el momento que se presentó la demanda de modificación. Luego quienes pagan pensiones alimenticias o compensatorias no están legalmente tan desamparadas como la Asociación de Padres Separados han querido dar a entender. Y en cualquier caso, si creen que la legislación debe modificarse, tienen ahora una excelente oportunidad de expresar sus puntos de vista con motivo de la tramitación parlamentaria de un nuevo proyecto de ley del divorcio, presentado por el Grupo Socialista, sin necesidad de lanzar llamamientos a una huelga de pensiones delictiva e injusta para millares de mujeres.

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