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Decenas de miles de vascos apelan a la "condición humana" de los etarras para que dejen de matar

El clamor silencioso, sin carné de partido, en favor de la paz recorrió ayer una vez más Bilbao. Euskadi pidió de nuevo a ETA que deje de matar y apeló a la "condición humana" de sus miembros para que abandonen las armas. "Este pueblo quiere paz-Bakea eraikitzen", el lema elegido por la coordinadora Gesto por la Paz de Euskal Herria, reunió a decenas de miles de personas en la capital vizcaína. El asesinato a manos de ETA del dirigente del Partido Popular del País Vasco Gregorio Ordóñez el paso lunes espoleó a los ciudadanos vascos a tomar la calle para criticar el terrorismo de ETA y la violencia con fines políticos. La organización pacifista, en su comunicado final, invitó a los que en alguna ocasión han apoyado el asesinato o se han callado ante él a "superar el miedo y exigir con firmeza el final de esta violencia absurda".

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El orador denunció la "suprema intolerancia que supone la eliminación del adversario" y reiteró su "rechazo al terrorismo de los GAL tanto como al de ETA". El lehendakari, José Antonio Ardanza, que como varios de sus consejeros acudió a título particular a la manifestación, afirmó: "Una vez más, hay que decir que para este pueblo, su gran deseo, su gran aspiración, su gran ambición, su gran vocación es, en definitiva, la paz".Ardanza intentó desligar la manifestación del atentado contra Ordóñez. Una periodista le preguntó: "¿Hasta cuándo lehendakari?". "Ese hasta cuándo, yo casi preferiría que se lo preguntara a la mesa nacional de Herri Batasuna y a toda esa mesa de KAS (Coordinadora Abertzale Socialista). ¿Hasta cuándo van a seguir ustedes apoyando el asesinato", les preguntó Ardanza.

"No lo sé, pero ojalá no tengamos necesidad de estar repitiendo indefinidamente estas manifestaciones. La voluntad de todos los demócratas es que esa paz sea posible de inmediato. Lo que ocurre es que si quienes no practican la paz, quienes matan y extorsionan siguen en ese proceso, difícilmente vamos a poder imponerles la paz. Pero el grito de esta sociedad a quienes todavía tienen el corazón frío, insensible es que dejen de una vez de incordiar y molestar", añadió.

Minutos después, Ardanza, junto al consejero de Interior, Juan María Atutxa, recibía una salva de aplausos de los congregados que esperaban en silencio el comienzo de la marcha. Tras la pancarta inicial, se encontraban otras tres con los lemas de las convocatoria de los últimos años. "Ya es hora de vivir en paz", "Para todos y para siempre, "Paso a paso Bakerantz".

La manifestación se inició pasadas las 17.30 desde el Sagrado Corazón. A ambos lados de la arteria principal de Bilbao se amontonaban centenares de personas a la espera de incorporarse. Los dos kilómetros que separaban el principio y el final de recorrido estaban abarrotados.

Políticos y representantes de organizaciones ciudadanas, sindicatos, grupos sociales y formaciones empresariales: todo el abanico político, desde la derecha hasta los aledaños de la izquierda nacionalista radical.

Con todo, no se pudo superar el listón de la multitudinaria manifestación del 18 de marzo de 1989 bajo el lema "Paz ahora y para siempre", que reunió a 200.000 personas. Ni los organizadores ni la Policía Local, como es habitual en el País Vasco, quisieron cuantificar la asistencia, pero fuentes de la Ertzaintza manifestaron a Europa Press que hubo unos 150.000 manifestantes.

La comitiva recorrió en silencio toda la Gran Vía de Bilbao hasta llegar a la plaza Circular y, desde allí, la comitiva enfiló la calle de Buenos Aires hasta llegar al Ayuntamiento. Todavía marchaban decenas de miles de personas cuando un portavoz de la coordinadora pacifista se dirigió a los asistentes.

"ETA sigue intentado imponerse al pueblo vasco, acumulando muertes y más muertes en lugar de argumentos". El portavoz de Gesto por la Paz, que habló en eusquera y castellano, recordó a las 17 víctimas de los atentados etarras en 1994, esas, dijo, que "ya no llegarán a vivir en una Euskal Herria en paz".

El orador arremetió contra ETA y su pretendida lucha liberadora: "Pero que no nos digan que matan en nombre de sus ideas, cuando las ideas pueden ser defendidas pacíficamente que no nos digan que matan en nombre del pueblo, cuando e pueblo vasco le ha manifestado una y mil veces su repugnancia por sus métodos asesinos; que no nos digan que matan en nombre de la paz y la libertad, cuando conculcan todos los derechos humanos; que no nos digan que matan por algún principio democrático, cuando esta misma semana han sido capaces de asesinar a un representante de la voluntad popular".

Discrepantes en HB

Durante la manifestación, Juan María Atutxa, afirmó: "Las voces discrepantes de HB merecen mi aplauso". "Es como un laberinto en el que a uno le indican la entrada, pero no la salida", dijo Atutxa, que agregó: "En el momento en que encuentran la salida, a algunos les zancadillean y, si se descuidan, les pisotean y les siegan la vida".

El dirigente socialista Ramón Jáuregui, que también asistió a la marcha, afirmó que lo inteligente es ser "duros con los duros y flexibles que los que quieren acabar" con la violencia. No obstante, añadió, "el Pacto de Ajuria Enea no está abierto de momento a aquéllos que han discrepado. No por ahora. Tienen que ganar su batalla allí dentro".

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