IU acoge con escepticismo la política de movilización propuesta por Anguita
Julio Anguita, coordinador general de Izquierda Unida (IU), hizo ayer un llamamiento a la movilización social permanente, con o sin los sindicatos, como estrategia de la coalición. El consejo político de Izquierda Unida acogió con escepticismo su propuesta. Algunos sectores advirtieron del peligro de la estrategia del insulto", y abogaron por recuperar la alianza de los sindicatos respetando su independencia. Todas las grandes áreas quedan en manos de dirigentes próximos a Julio AnguitaEl informe presentado por Anguita en el Consejo Político de Izquierda Unida reitera las ideas que el coordinador general ha ido predicando en los últimos días. Con una novedad: la estrategia para desalojar al PSOE del poder, que hasta ahora era fundamentalmente política, pasa a ser fundamentalmente social. Hay que movilizarse permanentemente, "hay que salir a la calle" para concienciar a los ciudadanos de ello. Y si los sindicatos no lo apoyan, "allá ellos", afirmó Anguita.
Y como la tarea no será fácil, Anguita apeló a la constancia y la perseverancia demostrada por las Madres de la Plaza de Mayo, las madres de tantos desaparecidos en la Argentina de los generales. En los planteamientos de Anguita subyace la vieja cultura del PCE de la clandestinidad, de ganar en la movilización social lo que políticamente entonces era imposible.
Pero los apoyos tampoco eran unánimes entre los que ayer intervinieron en el consejo. Y menos que unánimes en los pasillos del hotel donde se celebraba el acto. La propuesta de Anguita fue recibida con esceptimismo -"movilizar está muy bien, pero, ¿quién lo hace"- entre los miembros del consejo. Algunas de las intervenciones insistieron en no buscar enfrentamientos con las organizaciones obreras.
Diego López Garrido fue uno de los más críticos. Para el diputado de Izquierda Unida, la estrategia del insulto "y de la búsqueda del titular escandaloso" "es contradictoria con la idea del sorpasso", ayuda poco a reforzar a Izquierda Unida y ahuyenta el voto de otras opciones de izquierda.
Luis Alonso Novo también insistía en el peligro que podía suponer mantener una dualidad como la defendida por Anguita -derecha / IU-, "cuando tanto hemos atacado el bipartidismo", y defendió que "dentro de la ciénaga -expresión acuñada por Julio Anguita para dirigirse al PSOE- también hay compañeros a los que hay que tender la mano".
Agustín Moreno, de la ejecutiva de CC OO, sí defendió las movilizaciones y la necesidad de que los sindicatos lo apoyen. Y planteó como estrategia la presentación de iniciativas legislativas populares.
Pero donde mayor contestación tuvo Anguita fue en el análisis de la carta enviada por IU a José María Aznar, dándole respuesta a su propuesta de moción de censura. Eran ya viejas críticas, porque a casi nadie convenció que en ella se dejaran puertas abiertas a la posibilidad de un acuerdo mediante un candidato de consenso. Anguita defendió con verdadera pasión la carta, el contenido, el tono y la oportunidad.
El informe político no llegó a votarse -se supone que habrá quedado aprobado por silencio-. Sí se votó la ratificación de Anguita como coordinador general y de la ejecutiva. El sí fue abrumador.
Pero si en la composición de este órgano no hubo demasiadas quejas, sí hubo, al menos, sorpresa cuando en el reparto de las ocho grandes áreas o secretarías de trabajo se excluyó a cualquier otra corriente que no fuera el caudal de lo que se conoce como mayoría en IU.
Se crea un coordinador de la Presidencia, a cargo de Mariano Santiso, y como coordinador general de áreas queda Javier Esperanza. En organización, el responsable será Pedro Granados, y en el área de estudios, ahora llamada de Extensión Teórica, Manuel Monereo.
Los renovadores han quedado relegados a subáreas que dependen en su organigrama de los responsables de área.
