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Entrevista:

"La cultura del 'pelotazo' ha pasado y ahora interesan los necesitados"

Es de San Sebastian y lleva en TVE toda una vida. Mirentxu Zabalegui, periodista, trabajó en los servicios informativos de la cadena pública hasta que, en 1993, dirigió Oxígeno, un programa con clara preocupación medioambiental. También ha hecho espacios específicos para audiencias femeninas, como La hora de todas o Viéndolas venir, y ocupa actualmente la subdirección de televisión educativa de TVE. Con la serie Norte-Sur (que se emite los miércoles, a las 16.30, en La 2), Mirentxu Zabalegui intenta un programa que refleje las posibilidades de ayuda a los más necesitados.

Pregunta. ¿Todos los temas de la serie giran sobre la vida en el Tercer Mundo?

Respuesta. Sí, pero desde un punto de vista positivo. No se trata de países ricos que dan dinero a los pobres, no es este tipo de sentimiento caritativo, sino desde el plano de la solidaridad. Hemos apoyado proyectos que se pueden hacer.

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P. ¿Qué tipo de proyectos?

R. Pues, por ejemplo, el de dos africanos que trabajan de barrenderos en París. Ellos han creado una especie de cooperativa y todo lo que pueden ahorrar lo envían a su pueblo. Allí están creando hospitales, escuelas, porque piensan que si en su pueblo tuvieran esas cosas no tendrían que emigrar. Con este proyecto tratan de evitar que emigren sus hijos. Es decir, son reportajes sociológicos, que intentan presentar cómo vive la gente.

P. ¿Eso es algo así como un apostolado?

R. Para nada. Son proyectos de ayuda internacionales.

P. ¿Ni denuncia?.

R. No es nuestra intención, pero en todo hecho hay una lectura de denuncia. Por ejemplo, el reportaje sobre Nepal. Hasta ahora ha sido un país con biodiversidad totalmente cuidada, porque había poco turismo. Pero con la llegada masiva de visitantes vino un problema medioambiental. Esto, unido a la pobreza que allí hay, genera un caos, y nosotros vamos a contar cómo vive esa gente en el caos actual. En otros capítulos vemos a indígenas cortando árboles y nos parece monstruoso, pero investigamos, y a la mínima sale que quien realmente tala son los países ricos que pagarán esa madera.

P. ¿Qué cree que es lo mejor de la serie?

R. Facilitar que los pueblos se conozcan unos a otros. Norte-Sur está dirigido a muchos millones de espectadores, de todos los rincones del mundo. Si se conocen todos, se respetarán más. No sólo deben conocerse por las desgracias que les ocurran; da la casualidad de que muchos sólo conocen estos países cuando están en guerra o sufren inundaciones o algún tipo de desastre que la prensa registra. Pero también tienen sus costumbres, su cultura.

P. ¿Y lo peor?

R. Tal vez la escasa duración de los reportajes, de diez minutos cada uno, que no permite toda la profundidad que seria necesaria a veces.

P. ¿Cómo han sido elegidos los distintos países?

R. Siguiendo proyectos de Naciones Unidas, OIT [Organización Internacional del Trabajo] y Unesco. Por ejemplo, en Cochabamba (Bolivia) se ha creado un centro para que los artesanos tengan acceso al comercio de sus productos. Esto es un proyecto interesante, porque, al crear este punto comercial, todos pueden vender su producción, usar fax, teléfono, etcétera, y además, sin intermediarios, lo que evita que sean explotados por otros. Ese es uno de los reportajes que se emiten mañana [hoy para el lector].

P. ¿Cree que tras la cultura del pelotazo ha llegado el tiempo en que la pobreza cobra interés?

R. Bueno, hay miles de españoles en proyectos de ayuda a los países necesitados. Son voluntarios que trabajan por amor al prójimo. La cultura del pelotazo ha tocado fondo y uno se pregunta qué pasa con los valores, no ya religiosos, sino humanos. Creo que se ha recuperado el interés por los necesitados, y eso me parece muy importante.

P. ¿Que tal ha respondido la audiencia?

R. Con 1.462.000 espectadores el pasado miércoles.

P. Como experta en televisión educativa, ¿Ve futuro en la educación audiovisual?

R. Yo creo en ella. No se trata de que te enseñen inglés o francés. La televisión educativa es muy amplia, prácticamente puede ser casi toda. Hacer una buena información también es televisión educativa.

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