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Dudáiev advierte que los rusos "no controlan nada" y están "completamente rodeados"

Pilar Bonet

Sin responder a ninguna de las incógnitas que la guerra de Chechenia ha planteado a Rusia y al mundo, el Kremlin se esfuerza en aparentar que el foco de tensión aún candente en el Cáucaso ha sido reducido a un conflicto local secundario. Este tono optimista, embargo, se veía desmentido. por un recrudecimiento de los combates en Grozni, con víctimas entre los civiles que aún permanecen allí, y por el desafío del líder rebelde, el general Dzhojar Dudáiev, quien dijo a la emisora El Eco de Moscú que las tropas rusas "no controlan nada" y "están completa mente rodeadas".

El líder checheno, que conversó el lunes con el líder libio Muamar Gadafí, aseguró en su entrevista radiofónica que 12.000 soldados rusos han muerto durante los combates, exhortó a un alto el fuego, a la retirada de las tropas rusas y al envío de observadores internacionales a Chechenia. [Una delegación de la Organización para la Cooperación y Seguridad en Europa visitará la república norcaucásica este fin de semana, informa Reuter.][La cifra de bajas entre los rusos difundida por Dudáiev -entre 12.000 y 13.000 soldados sería equivalente al número total de soldados de la antigua URSS que perdieron la vida en los 10 años de guerra de Afganistán, según Reuter. Un comunicado del Gobierno ruso cifra las bajas en sólo 40 miembros de las tropas del Ministerio del Interior aunque no ofrece estimaciones de las pérdidas del Ejército ruso. El mismo comunicado añade que 620 combatientes chechenos han sido "neutralizados", lo que se desglosa en 500 muertos y 140 heridos. Dudáiev, en su entrevista con El Eco de Moscú, subraya que, pese a su deseo de encontrar una salida negociada al conflicto, no tiene interlocutor válido pues ni el jefe, del Gobierno, Víctor Chernomirdin, ni el presidente Yeltsin controlan a la "junta criminal militar", formada por los ministros de Defensa, Pável Grachov, del Interior, Víctor Yerin, y de Contraespionaje, Serguéi Stepashín, informa Efe.]

El tono de normalidad del Kremlin, que se expresa en el apretado calendario de viajes (locales e internacionales) del presidente Borís Yeltsin para las próximas semanas, también se vio ayer neutralizado por un atentado contra la base militar rusa de Mozdok (en la república de Osetia del Norte), desde donde se coordinan las operaciones en Chechenia. Citando fuentes militares, la agencia Interfax afirmó que un proyectil había destrozado un camión y herido a su conductor.

En un intento de restablecer la credibilidad ante los medios financieros occidentales, Yeltsin cesó ayer a Vladímir Polevánov de sus cargos como vicejefe del Gobierno y responsable del programa de privatizaciones y le dio un discreto puesto en el aparato burocrático de la administración presidencial.

Privatizaciones

Polevánov, nombrado por Yeltsin el pasado noviembre, había arremetido contra el proceso de privatización, (el orgullo de la reforma), y contra su antecesor al frente de la privatización, Anatoli Chubáis. Este funcionario representa a Rusia este fin de semana en el foro económico de Davos (Suiza), un acontecimiento que los miembros de la élite política y económica de la nueva Rusia consideran obligado para su imagen pública.

El ministro de Defensa ruso, Pável Grachov, se jactó una vez más de tener el apoyo de Yeltsin, lo que aparentemente le da tranquilidad ante la Duma Estatal (la Cámara baja), que discute hoy si el ministro es digno de su cargo. Este debate tiene valor simbólico, porque el puesto de Grachov -al igual que el de los otros ministros representantes de los poderes fácticos- depende exclusivamente del presidente. De momento, y en contra de las previsiones de algunos analistas, Grachov no ha sido destituido, y ayer subrayó que mientras siga al frente de Defensa continuará "luchando por la integridad territorial de Rusia". Los caídos en desgracia son los militares que han criticado la operación.

El propio Grachov confirmó, ayer que "seis o siete" generales serán destituidos por desobedecer órdenes durante la campaña chechena. Grachov sólo mencionó a Eduard Vorobiov, quien se negó a asumir el mando de las operaciones militares.

El Defensor del Pueblo, Serguéi Kovaliov, se reúne hoy con una delegación de la Conferencia de Seguridad y Cooperación en Europa que llegó ayer a Moscú. Kovaliov, que está preparando el discurso que pronunciará el próximo día 30 ante el Consejo de Europa, ha dicho que no piensa pedir una nueva audiencia con el presidente Yeltsin, al que ha tratado de "canalla".

Por otra parte, el dólar seguía subiendo ayer frente al rublo y la inflación del 10 al 17 de enero fue de un 4,1%, lo que hace previsible un nivel del 18% ó 19% corno mínimo a final de mes.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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