El director general de Tributos, a favor de rebajar más la tarifa del IRPF
Director general de Tributos, Eduardo Abril Abadín, es partidario de retocar en 1996 la tabla retenciones y la tarifa del IRPF, de cumplirse te año las previsiones de recaudación fiscal. Abril manifestó en Oviedo que, una vez que este año se ha rebajado la tarifa y la tabla de retenciones de acuerdo con la inflación prevista, en el ejercicio próximo "habría que dar un paso más, reduciendo un poco los tipos marginales del impuesto sobre la renta, que sin duda son elevados", y "retocar la tabla de retenciones".
Estas modificaciones dependerán, en todo caso, precisó, "de la evolución de la coyuntura económica y, por tanto, de la recaudación que se vaya produciendo a lo largo de 1995". A juicio de Abril Abadín, aunque la presión fiscal en España sigue estando dos o tres puntos por debajo de la media de los países de la UE y de la OCDE, el incremento sufrido en los últimos años en nuestro país ha sido muy acusado, lo que ha generado, en su opinión, "una comprensible sensación de agobio, sobre todo en ciertos niveles de renta y no tanto en otros". Por ello la presión fiscal, dijo, "no debe aumentar en España en los próximos años", aunque precisó que a su juicio sí habría que "reequilibrar a presión fiscal que sufren una serie de rentas, entre ellas las del trabajo, que son las que están soportando la mayor presión".El responsable de Tributos desveló que Hacienda está estudiando la posibilidad de restablecer el carácter. vinculante de las respuestas que la Administración tributaria conceda a las consultas que le hagan los contribuyentes, y que hoy tienen un estricto carácter informativo, con la finalidad de "dar seguridad jurídica al sistema". Ese carácter vinculante se aplicaría "en determinados supuestos y con los requisitos que sean necesarios", caso de los "productos financieros de lanzamiento en masa, para evitar que se vuelva a reproducir el problema de las primas únicas de seguros o de las cesiones de crédito".
Abril expresó, la voluntad de la administración de "hacer asumible el sistema tributario, evitando su complejidad", con una "legislación clara y en lo posible sencilla, sin menoscabo del necesario rigor técnico" y evitando "las modificaciones continuas de las normas tributarias, muchas veces impuestas por la necesaria armonización comunitaria y por las normas fiscales que se introducen anualmente en la Ley de Presupuestos para responder a la coyuntura económica en cada momento, caso de los incentivos para relanzar la actividad productiva."
Abril Abadín estima necesaria la aprobación inmediata de la anunciada reforma del régimen de infracciones y sanciones, actualmente en tramitación parlamentaria, porque su conocimiento previo por el contribuyente está originando un "efecto anuncio". Esta modificación pretende, según el director general de Tributos, "acentuar el carácter preventivo de la norma sancionadora y no sólo su función represora". "Se trata de pacificar el sistema tributario, a la vez que reducir la litigiosidad que hoy existe en el sistema fiscal", de manera que quienes teman a Hacienda sean exclusivamente los que tengan verdadero ánimo defraudador -y sobre los que debe centrarse el aparato represor- y no la generalidad de los contribuyentes".
"Por lo tanto", continuó el director general, "debe ser un objetivo conciliar la represión con la disuasión, acercar la Administración tributaria al sujeto fiscal que quiere tener unas relaciones normales con el fisco y favorecer que los contribuyentes puedan cumplir sus obligaciones con carácter voluntario aun fuera de plazo, máxime en un sistema fiscal como el nuestro, que se basa en la autoliquidación".
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