Un partido de 73 días
Siete hinchas ingleses pasan dos meses en la Modelo por una trifulca
Jugaron a fútbol en el patio de la cárcel, practicaron gimnasia y fueron a clase con una profesora que no hablaba -se quejan- una gota de inglés. Siete hinchas del Manchester- United que viajaron a Barcelona para presenciar el pasado 2 de noviembre el partido entré su equipo y el Barça han pasado 73 días en la cárcel Modelo acusados de destrozar un bar y de causar lesiones al propietario del mismo. El grupo abandonó las rejas el pasado jueves después de que el fiscal, les impusiera dos meses de prisión, el mismo tiempo, prácticamente, que han permanecido encarcelados. No recuerdan una condena tan dura contra un seguidor de los diablos rojos en el extranjero: sólo un grupo de hinchas permaneció tres semanas en Turquía.Pero Estambul no es Barcelona ni tampoco se han sentido protagonistas de El expreso de medianoche. Steven, de 23 años, asegura que el trato en la cárcel ha sido correcto. Sólo pasó un poco de frío -tuvieron que reclamar más mantas para . dormir- y lamenta que la comida no fuera del todo de su agrado. "A la semana, te acostumbras, dice con una pizca de ironía. Steven afirma que jamás tendrá el menor problema para regresar a Barcelona. Y eso que todavía no sabe si conserva su empleo de, contable. Carc, el carnicero, de 21 años, ya está en el paro.
Dicen que todo empezó por un mal entendido. La trifulca ocurrió en la noche del 4 de noviembre, dos días después del partido -tuvieron la mala fortuna de que el BarI;a jugara contra el Manchester su único encuentro brillante de la temporada: ganó 4-0-. Volaban esa madrugada a Manchester y quisieron acabar la fiesta en el bar Gavi, situado junto al hotel Ficus, donde estaban hospedados, en pleno Ensanche de Barcelona. Pidieron unas cervezas y el camarero, palpándolas, dijo que estaban frías. Ellos confundieron esa palabra con el free, gratis en inglés. Tomaron 25 copas y cuando uno de los empleados quiso cobrar, se armó el lío. Aseguran, sin demasiado rencor, que quien rompió una silla en la cabeza del dueño fue otro hincha, de 47 años, también detenido, pero que quedó libre por ser inválido.
La víctima, a la que deben indemnizar con 400.000 pesetas, precisó puntos de sutura y el informe del forense tuvo que esperar a que la herida curara. Por eso el caso no fue visto en un juicio rápido. El tiempo pasó y comieron los turrones en prisión. "Las peores Navidades de mi vida", lamenta Mark, otro de los hinchas, de 22 años y carpintero. Asistidos por abogados de oficio, se quejan del escaso interés de su Consulado. Un ejemplo: todavía tenían en el hotel las maletas con su ropa y se cambiaron por primera vez a las cinco semanas de estar en prisión gracias a que unas monjas les proporcionaron muda nueva. Ni siquiera vieron los partidos del Manchester por televisión: en la cárcel, se apaga a las 21.00 horas.
Si encontraron billetes, hoy estarán en Manchester. Cuando el jueves entraron en el hotel, el recepcionista, con la mejor flema inglesa, les preguntó: "Que tal?, ¿cómo ha ido?".
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