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El vestuario del Atlético se confiesa harto de Gil

Los jugadores del Atlético se han hartado de Jesús Gil y de Sus voces. Incluso, por primera vez, se han atrevido a responderle en público con dureza. Ninguno disculpa ya sus ofensas. Jorge D'Alessandro trata de arbitrar en el conflicto. Intenta convencer a los jugadores para que se olviden de los comentarios de Gil, y a él le pide tranquilidad. El técnico aún no ha rechazado las sugerencias tácticas de su jefe. Hasta el domingo no se sabrá si quitará o no del equipo a Caminero y Simeone.El Atlético se entrenó ayer por vez primera desde el desastre ante el Compostela. Antes de la sesión, los jugadores y el cuerpo técnico se reunieron para debatir la situación del equipo. Los insultos de Gil, de los que confesaron estar ya hartos, centraron buena parte de la conversación. No hubo mediadas drásticas de respuesta: se acordó cerrar filas e ignorar los ataques. La novedad fue que no guardaron en secreto su indignación con Gil.

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De hecho, algunos le contestaron con dureza. Fue el caso de Manolo, uno de los más implicados en las acusaciones, de Gil. "El presidente no está con el equipo en estos momentos", dijo, "no le está ayudando en nada. Es muy libre de decir lo que quiera, pero a mí sus declaraciones me producen indiferencia. Debemos estar al margen. Antes del partido contra el Racing había una euforia desmedida y ahora parece que es un drama. Ni una cosa ni la otra. Necesitamos palabras de ánimo y confianza y no las tenemos. Hay que aislarse; nadie nos va a ayudar".

El nombre de Manolo volvió a salir a la luz como una de las posibles víctimas de las medidas del presidente. "Yo siempre estoy ahí, en el disparadero", indicó "pero tengo la conciencia tranquila. Por fortuna, el presidente no es el entrenador. Espero que D'Alessandro tenga personalidad y haga lo que deba hacer. Cuando un equipo va mal, los culpables somos todos. Desde el presidente hasta el último jugador".

Simeone, otro de los afectados en los ataques del presidente, también le respondió con dureza. "Me ha faltado al respeto y eso no se lo consiento ni a mi padre", declaró el lunes a Marca. Ferreira, aunque más suave, salió en defensa de sus compañeros: "No son ciertos las palabras sobre José (Caminero) y Cholo (Simeone). No estoy de acuerdo con que no ponen todo lo que pueden dar de sí. Gil se olvida que en algunos partidos que los necesitamos jugaron lesionados. Y no sólo hay que valorar esos detalles cuando las cosas van bien".

Jorge D'Alessandro, el técnico, no reveló si va a hacer caso de las sugerencias de Gil [el dueño del Atlético quiere que Simeone y Caminero no jueguen en Zaragoza]: "Puede haber cambios de gente cuyo rendimiento no es el adecuado". El preparador rojiblanco sí corrigió a Gil en dos afirmaciones suyas: que le engañaban los jugadores ("a mí no me engaña absolutamente nadie. Llevo 30 años en esto y no tiene argumentos", contestó D'Alessandro) y que Caminero y Simeone hicieron el ridículo, el domingo ("jugaron mal", respondió, "pero mis jugadores no hacen el ridículo nunca").

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