¿Qué más puedo decir?
Esta carta está dedicada a todos los que somos diferentes, en mi caso por minusvalía, y dirigida a todos aquellos que no pueden soportar la diferencia.En el espacio de una semana, fui agredida por un taxista que me asustó con gritos cuando me disponía a subir al taxi. Evidentemente, desistí de realizar el viaje de Getafe a Madrid. Quien tampoco quiso fue un conductor de línea interurbana que me prohibió directamente montar yendo acompañada, como es habitual, por mi padre de 70 años.
Las preguntas son evidentes; sin embargo, en estos momentos de tanto paro, insolidaridad y limitaciones varias, yo me pregunto por qué ocurrió esto. ¿Por las condiciones de trabajo de los conductores, o es la frustración de esta sociedad, en la que parece que sólo permitimos a los que están trabajando, estudiando, haciendo deporte, es decir, a los mejores? Yo soy mujer, joven, tetrapléjica y afectada de esclerosis múltiple. ¿Qué más puedo decir?-
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