Asesinos de entrenadores
Leo en la portada de una revista especializada, siempre hambrienta de grandes y morbosos titulares, que Villacampa fue el causante del cese en sus funciones de Pedro Martínez, ex entrenador de Joventut. Según fuentes fidedignas (para la revista), esta publicación ha podido saber que Villacampa no sólo es un mediocre jugador incapaz de sacar hacia adelante a su maltrecho equipo, sino que en vez de jugar, se dedicó durante el mandato de Pedro Martínez, a hacerle la cama un día sí y otro también a su jefe. De paso, se recuerda que si el Joventut es campeón de Europa es por el triple de Thompson, y no por el que metió Vilacampa 30 segundos antes.Resulta curioso que en el 99% de los casos de ceses de entrenadores, siempre es porque los jugadores les han apuñalado por la espalda. En alguna ocasión podría incluso aceptarse que simplemente el entrenador no ha rendido o no ha sabido hacer rendir a sus discípulos. Pero eso hay que evitarlo, vende poco. La culpa es de las estrellas, o de las mafias que existen en todos los equipos.
Partiendo de la base de la culpabilidad del jugador, no resulta nada difícil encontrar razones que la ilustren hasta darle un aspecto veraz. Una discusión que tuvieron en medio de un partido, un gesto raro que le hizo el jugador al entrenador cuando fue sustituido, un rumor que circula por ahí, una frase sacada de contexto, todo vale. En cabeza de equipo defenestrador de entrenadores está el Real Madrid. Sus jugadores echaron a Brabender, Luyk, George Karl y con Obradovic están a un paso. ¡Vaya equipo! No sé como tienen tiempo para entrenar entre tantas reuniones secretas, concilios y planes. Pero tampoco se puede vivir siempre de los mismos, y la capacidad de Biriukov y Martín para enfrentarse a sus técnicos y pedirle a Mendoza que les eche ya está contrastada. Había que encontrar savia nueva en esta raza tan peculiar. Epi hubiese sido fantástico, pero ni siquiera con Díaz Miguel dio un paso al frente. Por fin, Villacampa ha cogido el relevo. Bienvenido sea por todos los medios de comunicación el nuevo asesino de entrenadores.
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