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Romario, 'rey' de Río de Janeiro

El nuevo jugador del Flamengo fue aclamado a su llegada a Brasil

La hinchada del Flamengo ofreció ayer una recepción triunfal a Romario, quien con aire de intensa felicidad llegó a las 7.30 horas al aeropuerto internacional de Río de Janeiro. El aeropuerto se convirtió en un hervidero de hinchas alegres y esperanzados que esperaron al jugador haciendo estallar cohetes, coreando el nombre dé Romario y enarbolando la bandera roja y negra del Flamengo.Tras su llegada, el ex delantero azulgrana recorrió el camino hacia su nuevo. club acompañado por el presidente del Flamengo, Kleber Leite, en lo alto de un camión Mercedes Benz que los aficionados bautizaron como romariomóvil, precedido por motocicletas de la policía de carreteras con sus sirenas n funcionamiento. Tras él, una ruidosa caravana de automóviles y motos le acompañó a lo largo de los 45 kilómetros del trayecto, que recorrió en casi dos horas.

La caravana creció considerablemente al pasar por la playa de Flamengo, donde se incorporaron decenas de vehículos y la algarabía pareció aumentar.

Visiblemente emocionado, con un pañuelo en la cabeza y vistiendo una casaca de Flamengo con el número 11, Romario saludaba a la multitud que lo aclamaba desde la rambla, desde los balcones, desde las calles y desde la arena de las playas de Flamengo, Ipanema y Copacabana, por donde pasó la caravana del nuevo rey de Río.

"Volvemos a ser el mejor equipo del país campeón del mundo", se ufanaba un hincha que corría tras el romariomóvil envuelto en una bandera rojinegra. En el estadio del Flamengo, situado en el barrio carioca de Gavea, lo esperaba una multitud de unas 30.000 -personas, mucho mayor que el público que el Flamengo, en crisis desde hace varios años, pudo reunir en cualquiera de los partidos del último campeonato brasileño.

En clima de alegría indecible, donde prevalecían los tonos rojo y negro, la múchedumbre deliraba de entusiasmo gritando los nombres de Romario y del club donde militará por lo menos en los próximos dos años. "¡Eh oh! ¡Eh oh! ¡Romario es un terror!"; fueron algunos de los gritos más coreados durante la fiesta.

Ya en la sede del Flamengo, concedió una concurridísima conferencia de prensa en la que evaluó su periodo de casi siete años en Europa, "de donde vuelvo mucho más seguro de mí mismo y con mayor experiencia", dijo.

Haciendo evidente el cansancio del viaje, Romario agradeció la fiesta ofrecida y prometió "marcar muchos goles y ayudar al Flamengo a ganar la próxima Liga".

Desde Río, Romario se dirigirá directamente a Angra dos Reis, un balneario situado a 150 kilómetros al sur de la ciudad. Allí descansará durante cinco días, tal como solicitó a la directiva del Flamengo, antes de integrarse a la disciplina de su nuevo club.

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