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Eurodiputados laboristas se rebelan contra la política de modernización de su partido

No sólo el Gobierno conservador británico, con una espectacular escalada de fugas y escándalos en las cárceles, ha tenido una movida apertura de curso político tras las vacaciones de Navidad. El líder del Partido Laborista, Tony Blair, se desayunó ayer con un anuncio pagado por 32 de sus europarlamentarios en el diario The Guardian. En él, los europarlamentarios reiteran su intención de no renunciar a los viejos principios del partido, pese a las intenciones de Blair de cambiar su constitución.En octubre del año pasado, durante el último Congreso del Partido Laborista, Tony Blair dejó bien claro que los tiempos de los viejos principios comunistas, como el de la defensa de la propiedad pública, han pasado a la historia.

La famosa cláusula IV, una norma histórica que hace referencia a este compromiso, será revisada en abril próximo. Sólo los sectores sindicales parecían reacios a aceptar esa política de modernización interna del partido.

Lo sorprendente ahora es que sean los propios europarlamentarios laboristas los que estén encontra de ello. El anuncio en The Guardian ha suscitado toda clase de especulaciones sobre la posibilidad de que, los laboristas, como los conservadores, puedan estar entrando en una fase de disensiones internas que dañe sus objetivos electorales.

De momento, el anuncio oficial de la nueva campana política hecho el lunes por Tony Blair, ha quedado notablemente oscurecido por el desafío de sus eurodiputados.

Más suerte tuvo ayer, en el primer día de debate en la Cámara de los Comunes, el ministro del Interior, Michael Howard, acosado por una escalada de escándalos en las cárceles británicas que se inició el primer día del año con el suicidio en, su celda, de alta seguridad de Frederick West, acusado de varios asesinatos de mujeres a quienes enterró en su propio domicilio, conocido como la casa de los horrores.

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Captura de presos

Acaso la captura, el domingo por la noche, de tres presos fugados de una prisión de alta seguridad en la isla de Wight haya favorecido al ministro del Interior a última hora.

Howard fue acusado de "incompetente" por la oposición, pero obtuvo el apoyo del primer ministro, John Major, quien no consideró que la dimisión de su ministro del Interior fuera necesaria a la luz de los sucesos que se han producido en las cárceles del país durante los últimos 30 años.

El asunto ha quedado saldado con el cese del Gobernador de la prisión en cuestión, la de Parkhurst, y de seis de sus funcionarios.

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