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Una radio francesa apela a sus oyentes para no acatar una sanción de cierre por 24 horas

Skyrock, una emisora de radio francesa escuchada casi exclusivamente por menores de 25 años, ha sido condenada a dejar de emitir durante 24 horas, como sanción por una frase pronunciada por uno de sus locutores en el transcurso de la emisión "Les Monstres".El Consejo Superior del Audiovisual (CSA), organismo autónomo que tiene poder sancionador sobre radios y televisiones, consideró que se "faltaba al respeto y la dignidad de la persona humana" y se "amenazaba al orden público" al decir, tras el asesinato de un policía en Niza, que "Ia noticia de la muerte de un madero siempre es una buena noticia". La dirección de la cadena aceptó suprimir la programación, pero dejó la antena abierta a sus oyentes, que aportaron su respaldo ante lo que el muy ponderado Le Monde ha definido como un caso de "censura".

Para el CSA, la solución adoptada por Skyrock de celebrar una jornada de "radio libre abierta a los oyentes, en contra de la violencia y la libertad de expresión" es "contraria al espíritu de nuestra sanción" y se reserva el derecho de "suspender la antena por mucho más tiempo".

La dirección de Skyrock no sólo suprimió la programación habitual, sino que también renunció a emitir todo tipo de anuncios. Pierre Bellanger, el presidente de la radio, cree que "la sanción es desproporcionada. Nosotros ya pedimos excusas por lo dicho por el locutor, con el que hemos rescindido contrato y además invitamos a la policía a exponer su punto de vista sobre la violencia en los suburbios".

El precedente de Fun Radio

Un intento precedente, que pretendió acallar otra emisora, Fun Radio, por sus atrevidas emisiones sobre prácticas sexuales de los adolescentes, acabó convirtiendo la emisora perseguida en la número uno en audiencia dentro de su especialidad. Sólo mucho después, cuando el primer ministro, Édouard Balladur, invitó a los locutores de Fun Radio a expresarse y convertirse en sus consejeros sobre problemas juveniles, la emisora empezó a perder prestigio ante parte de la audiencia, un prestigio multiplicado durante su período de "víctima de la censura gubernamental".

En la radio y en la televisión francesa no se admiten los llamamientos a la violencia o al racismo. Las emisoras son responsables subsidiarias de lo que puedan decir las personas ante el micrófono; y los insultos o la difamación, el difundir rumores o noticias falsas, también pueden suponer multas de hasta 100 millones de francos (casi 2.500 millones de pesetas) e incluso el cierre de una emisora.

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