Descalabro de la Bolsa mexicana a pesar de la intervención de EE UU en apoyo del peso
México seguía ayer sumido en el caos financiero. Su mercado. de valores sufrió la mayor caída de los últimos cinco años a pesar de la decisión de la Reserva Federal, banco central estadounidense, de intervenir en defensa del peso. La ayuda estadounidense, a la que se sumó el propio Gobierno mexicano haciendo uso por primera vez de la línea de crédito de 18.000 millones de dólares concedida entre otros por EE UU y Canadá, sirvió para que la moneda se recuperara ligeramente: llegó a 5,10 pesos por dólar frente a los 5,80 del viernes. México anunció que publicará mensualmente sus reservas de divisas
Los inversores siguen sin confiar en que el Gobierno mexicano sea capaz de controlar el caos en el que se. ha sumido la economía tras la devaluación del peso en más de un 50%. Ni las firmes intervenciones de la Reserva Federal en apoyo de la divisa ni las del Gobierno mexicano les logran convencer. El pánico desinversor se adueñó de la Bolsa mexicana, cuyo índice general registró el mayor retroceso de los últimos años de estabilidad y bonanza económica. Perdió 149,8 puntos hasta los 2.104,05. Los vaivenes del mercado de valores y la creciente especulación llevaron al Gobierno a situar los tipos de interés en tasas del 50% en el corto plazo. La ligera recuperación registró el peso a lo largo del día gracias al apoyo de EE UU no sirvió para frenar esta oleada de ventas. En un comunicado de prensa, la Reserva Federal defendió su decisión de respaldar el peso, de acuerdo con la petición del. Banco de México y "en consonancia con los intereses de las autoridades monetarias estadounidenses de ayudar a México a dar una respuesta a la reciente crisis financiera". Los operadores calculan que el banco central estadounidense se ha podido gastar unos 500 millones de dólares en la defensa de la moneda mexicana. La intervención presionó al dólar a la baja.
El declive de la Bolsa coincidió con el primer día en el que el Gobierno de México hacía uso de la línea de crédito estadounidense (9.000 millones- de délares), que forma parte de un paquete de ayuda internacional de 18.000 millones de dólares. El objetivo de está línea de crédito es calmar a los críticos del Tratado de Libre Comercio (TLC) y garantizar que la inestabilidad de México no se convierta en una amenaza a la seguridad nacional de EE UU.
El Banco (central) de México, que anunció también ayer apoyos a la banca comercial para evitar que se descapitalice, hará público mensualmente su nivel de reservas de divisas, al igual que hacen las economías más avanzadas. Éste es un dato clave para la defensa de una moneda. Hasta ahora el Gobierno mexicano había optado por ocultar su nivel de divisas, lo que llevó al mercado a sospechar que éstas eran bajas. Ayer, el banco central publicó que sus reservas habían descendido en 602 millones de dólares durante la pasada semana y que ahora se encuentran en 5.546 millones.
El gobierno de Japón ha dado también su respaldo financiero al Gobierno de Ernesto Zedillo al aprobar ayer créditos oficiales por valor de 1.000 millones de dólares para que el país supere la crisis monetaria provocada por la fuerte devaluación del peso. Esos créditos cubrirán el 20% del plan de 5.000 millones de dólares que han preparado los bancos centrales del Grupo de los Diez (G-10), formado por los países más industrializados, a desembolsar a través del Banco Internacional de Pagos, con sede en Basilea.
Esos 1.000 millones de dólares se destinarán a las obligaciones del gobierno mexicano a corto plazo, cuyo balance alcanzará los 10.000 millones en marzo. El canciller de México, José Ángel Gurría, agradeció en Tokio los planes del Banco de Japón de participar en él plan de emergen cia internacional y urgió a la banca privada a unirse a él. Gurría espera que los cuatro principales bancos comerciales japoneses (Fuji, Sumitomo, Tokio e Industrial Bank) se unan al programa y aporten 300 millones de dólares. Además, México busca la ayuda de 19 bancos: nueve de EE UU encabezados por el Citibank, dos canadienses y ocho europeos, entre los que está el británico Lloyd's.
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