El Torneo de Linares debe reaccionar
La cancelación del torneo de Linares produce una gran tristeza sobre todo porque está indirectamente originada por el cisma entre la Federación Internacional (FIDE) y la Asociación Profesional (PCA), que ha terminado hace un mes en Moscú. La ciudad jienense es famosa en el mundo entero porque logra reunir cada febrero a los mejores ajedrecistas en una competición que se distingue por el espíritu de lucha y la gran calidad de las partidas. Sobre esa base, cabe preguntarse si el promotor Luis Rentero tiene legitimidad moral para cancelar un torneo que ya es una institución por sí mismo, que forma parte del patrimonio del ajedrez. Su decisión es tan comprensible como discutible.Rentero se siente ofendido, y tiene razón. Kaspárov ha reconocido que la PCA "no ha hecho ningún esfuerzo" para evitar que la final de candidatos Anand Kamski en Las Palmas (a partir del 9 de marzo) coincida con las fechas previstas para Linares, porque Rentero no evitó que el duelo Kárpov-Lautier en Ubeda coincidiera -con el Gran Premio Intel en París.
El argumento es muy débil si se tiene en cuenta el prestigio de Linares, el trabajo de Rentero a lo largo de muchos años y su reciente colaboración con la PCA al organizar las semifinales de candidatos.
Pero, si es cierto que no hay ningún problema económico, como asegura el organizador, éste ha optado por una dudosa jugada de póquer a largo plazo para hacerse respetar. No sólo cancela la edición de 1995, sino que anuncia la desaparición del torneo para siempre. Esto último, no se lo cree nadie. Por lo que respecta a la próxima cita, Rentero contaba con Kaspárov, Kárpov, Ivanchuk, Judit Polgar e Illescas, como principales atractivos para la prensa, además de jugadores tan interesantes como Topálov, Short, Piket, Tiviákov, etcétera; una nómina de enorme interés potencial para esperar un gran eco en los medios de comunicación, lo que garantiza la satisfacción de los patrocinadores.
Revocar la decisión
Si se da mucha prisa, el Ayuntamiento de Linares puede aún revocar esta lamentable decisión. Y debe hacerlo, porque el formidable prestigio adquirido y el orgullo de una ciudad valen mucho más que las coyunturales discrepancias de Rentero con Kaspárov, la PCA o quien sea.
Será difícil recuperar algunos de los jugadores contratados, pero siempre se podrá recurrir a otros muy atractivos, como Morozévich (17 años) y Zviágintsev (18), los últimos productos de la escuela soviética que acaban de triunfar en el torneo disputado en Pamplona.
Al igual que Wimbledon en el tenis, Linares constituye un patrimonio del deporte universal que merece los mayores esfuerzos para su conservación.
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