Los gritos de la venganza
La hinchada madridista fue fiel a la tradición y peregrinó desde el estadio Bernabéu a la Cibeles para celebrar el triunfo. Más de 500 personas se apuntaron a la fiesta. Pero esta vez no hubo baño en la fuente. Un fuerte contingente de Policía Nacional y Municipal impidió que los aficionados se acercaran. Eso sí, hubo gritos de alegría y de venganza. El 5-0 era, esta vez, propiedad de ellos.
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