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Entrevista:Txiki Benegas | Presidente de los socialistas vascos

"Sancristóbal es un amigo y sería miserable no reconocerlo porque esté en la cárcel"

"Me preocupa que de una investigación pueda pasarse a una sospecha generalizada"

El caso GAL provoca una rotunda reacción en el presidente de los socialistas vascos: desprecio por quienes olvidan a ETA "y sólo levantan la bandera de la indignación por los muertos de los GAL", en alusión a Herri Batasuna. A los jueces les respeta, pero considera legítimo discrepar de sus decisiones.

Pregunta. ¿Por qué Amedo y Domínguez revelan ahora detalles de los GAL?

Respuesta. No especulo sobre lo que desconozco. Sí me llama la atención que no se diera crédito a su silencio de años, y hoy sus revelaciones sean presentadas como testimonios veraces. Llega un momento en el que la credibilidad, el respeto y la dignidad se pierden al mismo tiempo.

P. ¿Usted los hubiera indultado?R. El indulto es una decisión que exige tener en cuenta muchos elementos y tiene una indudable dimensión política. Pudo haberse concedido y el Gobierno optó por el tercer grado penitenciario. Que no se haya concedido desmiente las interpretaciones interesadas sobre supuestas implicaciones del Gobierno.

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P. ¿Quiénes cree que promovieron los GAL?

R.- Lo desconozco, pero tengo la convicción de que no respondió a decisiones del Gobierno. Los GAL fueron una respuesta perversa a la violencia de ETA, lo quede ningún modo justifica su existencia. No obstante esta condena a todo tipo de violencia no impide comprender que sin ETA no hubieran existido los GAL.

P. En aquellos años ochenta quizá se tenía la impresión de que el fin podía justificar los medios. ¿Cómo fue acogida la aparición de los GAL por los socialistas vascos?

R. Los socialistas vascos hemos condenado siempre todos los atentados, incluidos los de los GAL. No obstante, creo que no se puede juzgar una etapa aisldamente, al margen del conto. A comienzos de los ochenta casi un centenar de personas eran asesinadas todos los años por ETA, y los socialistas nos encontrábamos prácticamente solos en el apoyo a las Fuerzas Armadas. Sectores nacionalistas que hoy se han incorporado al consenso antiterrorista juzgaban las extradiciones de etarras por Francia como actos de genocidio contra el pueblo vasco. Debemos valorar la disciplina y lealtad de las Fuerzas Armadas. Es muy duro que una persona de veintitantos años se resigne ante el asesinato de un compañero del que se había despedido cinco minutos antes sin dejarse llevar por el impulso de utilizar su arma. No ha habido ninguna indisciplina de este tipo y esto a veces no es suficientemente reconocido.

P. ¿Qué trato ha tenido con Julián Sancristóbal?

R. Sancristóbal ha sido alcalde de Ermua, gobernador civil de Vizcaya, dirigente del Partido Socialista de Euskadi y siempre ha estado en la primera línea de la lucha contra ETA. Todo ello nos ha permitido forjar una amistad a la que no voy a renunciar. Es un amigo y sería miserable no reconocerlo porque esté en la cárcel.

P. Usted ha sido crítico con la aplicación de la prisión preventiva. ¿No cree que si Garzón ha tomado estas medidas será porque tiene indicios suficientes?

R. Si existen o no indicios suficientes sólo lo podremos comprobar cuando haya concluido la acción judicial. Entretanto, no hay derecho a entablar juicios paralelos, pues está en juego la dignidad de las personas. No oculto mi preocupación porque, en España haya una franca regresión de la vigencia de algunos de los principios básicos del Estado de derecho, como la presunción de inocencia, la obligación de mantener el secreto sumarial y, el deber ético de contrastar las informaciones periodísticas. Me inquieta también la aplicación de la prisión preventiva a personas que no han sido juzgadas ni van a poner en riesgo la vida de los ciudadanos y sobre las que existen sospechas de que vayan a eludir a la justicia. A los jueces les guardo respeto, pero es legítimo discrepar de sus decisiones.

P. ¿No ve usted cierta anomalía en la excesiva, implicación de los socialistas vascos en la, acción del Ministerio del Interior en esos años ochenta?R. Los socialistas vascos hemos colaborado con los distintos ministros del Interior en el diseño de la estrategia democrática contra el terrorismo, en . especial en sus aspectos políticos, que culminaron con los pactos de Ajuria Enea y Madrid. Cuando yo era consejero de Interior del Consejo General Vasco, asistí en solitario a muchos funerales de policias asesinados. También recuerdo que en las elecciones vascas de 1984 Damborenea y yo supimos que ETA intentaba asesinarnos. Nos protegimos en mayor medida y mataron a Enrique Casas, un gran socialista y un querido amigo. Cualquier crítica en este ámbito a los socialistas vascos es profundamente injusta. Hemos estado siempre en la brecha, dando la cara y arriesgándonos.

P. ¿Cree usted que los últimos acontecimientos pueden afectar a las fuerzas de seguridad del Estado y a la política antiterrorista?

R. Tengo la seguridad de- que el Gobierno mantendrá la firmeza en la lucha antiterrorista. Me preocupa más que de una investigación concreta pueda pasarse a una sospecha generalizada sobre las fuerzas de seguridad del Estado. Éstas han recibido duramente los embates del terrorismo y su esfuerzo merece el respaldo unánime de la sociedad.

P. ¿Cree. que si un alto responsable de la lucha contra el terrorismo es condenado sería motivo suficiente para que el Gobierno dimitiera, empezando por su presidente?

R. Las responsabilidades políticas, en mi opinión, afectan a un dirigente no por el nombramiento de un subordinado, sino porque ha tenido constancia de una actuación incorrecta y no ha actuado para corregirla.

P. Con cierto cinismo se escucha decir que en los países civilizados las tramas paralelas nunca se descubren porque se hacen bien.

R. Si son paralelas siempre estarán mal hechas y no las comparto. Toda violencia es condenable, pero debemos tener en cuenta que la violencia engendra violencia. La paz y la tolerancia son las grandes señas de la convivencia democrática, y ése es el gran reto histórico todavía pendiente en el País Vasco. Desprecio la hipocresía de los que no condenan a ETA, de quienes dan cobertura política y moral a más de 600 muertos y tan sólo levantan la bandera de la indignación por los muertos de los GAL, como hace Herri Batasuna. La de aquellos que se pasean tranquilamente mientras justifican asesinatos y dicen luchar por la libertad de Euskadi. Yo, además de español, me siento vasco y me repugnan mis pretendidos libertadores.

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