Interior pagó con cheques del Banco de España incluso los sobresueldos de 20.000 pesetas

Interior pagó con cheques del Banco de España incluso los sobresueldos de menor entidad, cifrados en unas 20.000 pesetas mensuales, según algunos de los beneficiarios. Los cheques eran al portador, por lo que será difícil conocer la identidad de quienes los cobraron por ventanilla. Muchos, en cambio, ingresaron los talones en sus propias cuentas corrientes, por lo que será fácil a los jueces seguir las huellas y conocer los nombres de los beneficiarios. La juez Ana Ferrer se llevó del Banco de España unos 700 talones librados entre 1986 y 1993 usados para manejar fondos reservados. Fuentes cercanas al ex secretario de Estado de Interior Rafael Vera insisten en que los cheques eran para pagar a confidentes o comprar material secreto.

Fuentes de la investigación han confirmado que Ferrer se llevó la pasada semana del Banco de España unos 700 cheques expedidos contra la cuenta de Interior y que algunos de esos talones corresponden a "cantidades pequeñas". La juez había reclamado hace un mes al banco estatal numerosos datos sobre los cheques expedidos por Interior contra la cuenta de fondos reservados entre 1986 y 1993, periodo en el que Luis Roldán estuvo al frente de la Guardia Civil. El volumen documental de la petición de Ferrer ha motivado que el Banco de España haya designado a un empleado para que se dedique en exclusiva a recopilar los datos. La juez ha recibido ya varios envíos, pero la partida documental más voluminosa la recogió ella misma en una visita que, por sugerencia de sus directivos, hizo al Banco de España la pasada semana. Entre los documentos confiscados por la magistrada también hay algunos talones del Centro Superior de In formación de la Defensa (Cesid).

Tramitación legal

El Banco de España libró los talones entregados ahora a la juez a petición de los responsables autorizados de Interior, siempre con cargo a la citada cuenta. El banco comprobó en cada caso que los talones estaban emitidos de acuerdo con la normas para el manejo de esa partida. En todo momento, las autoridades de Interior señalaron que los talones se ajustaban a tal normativa y, por tanto, el banco nunca supo si se estaba produciendo un uso irregular de los fondos. Datos sobre la anómala utilización de la cuenta han ido conociéndose con posterioridad. Así, se ha sabido recientemente que se pagaban sobresueldos de fondos reservados a casi la totalidad de los policías, guardias civiles y altos cargos destinados en la Secretaría de Estado para la Seguridad. En los años ochenta, el sobresueldo inferior era de 20.000 pesetas mensuales. Un segundo escalón se situaba en 40.000 pesetas, y el siguiente, en 75.000 pesetas. Para los altos cargos más destacados del ministerio, como Luis Roldán, no había baremo establecido.

Ya en los noventa, esos sobre sueldos se pagaban en metálico, por lo que no existe huella documental de los beneficiarios.

Todos los cheques estaban firmados por dos personas de la Secretaría de Estado, y su tramitación burocrática era la misma que la de los talones emitidos para obtener fondos reservados destinados a confidentes. Algunos de los talones intervenidos por la juez Ana Ferrer, instructora del caso Roldán, están firmados por Juan de Justo, secretario de Vera, y por Primitivo Seivane, hoy general de la Guardia Civil.

Todos ellos, no obstante, se emitieron con el visto bueno de Rafael Vera, igualmente firmante de la mayoría de los cheques.

En efecto, según fuentes próximas al propio Vera, él autorizaba los talones que permitían a mandos de policía y Guardia Civil disponer de fondos reservados. Esas fuentes, sin embargo, insisten en que el dinero era para pagar confidencias o misiones antiterroristas.

Medios cercanos a Vera han comentado que la cuenta que éste manejó estuvo siempre en el Banco de España, lo que constituiría una prueba de su legalidad y de que no había intención de ocultar nada. Los mismos medios creen que los talones intervenidos Igor la juez Ferrer fueron cobrados por policías o guardias por encargo de sus jefes, y que el dinero era para operaciones antiterroristas, excepto en el caso de Luis Roldán, quien presuntamente se embolsó el dinero haciendo efectivos talones a través de sus cuentas personales.

La tesis oficial de que, en todos los casos, esos talones eran para operaciones reservadas podría desvanecerse si acabara comprobándose que decenas de agentes cobraban mensualmente cantidades fijas de 20.000 o 40.000 pesetas.

"Irregularidades con los fondos reservados se cometen siempre", ha manifestado un ex alto cargo de Interior, quien explica que eso se debe a que no hay una ley que regule específicamente cada caso. "Es irregular o no comprar aparatos de transmisión o para interceptar llamadas telefónicas con cargo a esos fondos", se pregunta. "Pues eso se hizo durante los Juegos Olímpicos de Barcelona en 1992, porque se trataba de una cuestión sensible", responde. Interior tenía presupuestados para ese año 827 millones en fondos reservados, pero en realidad gastó finalmente 2.327 millones.