Disputas entre sirios en España

El sirio Mustafá Nasimi llegó a España hace 10 años. Lo hizo trayendo consigo cuatro millones y medio de dólares (casi 500 millones de pesetas), que él dice haber declarado ante las autoridades. Se dedica a la importanción-exportación de alfombras y azafrán, además de poseer dos barcos de pesca en Mauiritania y una tienda en el centro de Madrid. "No debo nada a nadie; de modo que no sé por qué se dice que mis hijos han sido secuestrados para darme un aviso", afirma.

Este comerciante ya fue víctima de otro oscuro atentado el 19 de junio de 1991: fue tiroteado por unos desconocidos cuando salía de comer en un restaurante de la calle de Costa Rica. Salvó la vida, pero tuvo que pasar cuatro meses de hospital en hospital para recuperarse de los balazos recibidos en una pierna. Jamás se aclaró quién estuvo detrás de aquello.

En otros tiempos fue amigo del traficante de armas sirio Monzer Al Kassar. Esa amistad se tornó luego en rivalidad: Nasimi dice que le engañó vendiéndole un terreno que no valía ni la mitad de la mitad de lo que le pagó. "Me debe 553.000 dólares y sólo me dio un talón de 10 millones de pesetas", afirma.

Nasimi ha sido llamado a declarar por el abogado de Al Kassar en el juicio que se iniciará contra éste el próximo 9 de enero por su presunta relación con el secuestro del crucero italiano Achille Lauro. Monzer Al Kassar negó a EL PAÍS cualquier relación con el secuestro de los hijos de Nasimi: "Insinuar que yo pueda tener alguna relación con esto es un ataque contra mí", dijo tras señalar que "hacer algo contra unos niños es una barbarie". El principal testigo de cargo contra Al Kassar es el arrepentido Abu Said o Abú Marché, un hombre que ayer compartía alegría con Nasimi.

Para la madre de Rula y Abdul, "lo más importante es volver a tener a mis hijos conmigo". Reconoce que temió que les sucediera lo que a Anabel Segura, la estudiante secuestrada hace 19 meses en La Moraleja (Madrid), de la que no se tiene la menor pista.