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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Hospital Clínico

Esta carta pretende dar contestación al artículo de Juan José Millás publicado el domingo día 4 de diciembre en EL PAÍS Madrid, titulado Prescripción facultativa.

1. El enfermo a que se refiere el señor Millás nunca ha estado "atado de pies y manos". La sujeción mecánica de las manos que se le hizo por prescripción facultativa evidentemente estaba indicada en este enfermo concreto por dos razones; y en este orden de importancia:

-Para evitar que se. autolesionase. Parece que en este caso fue insuficiente, ya que logró eludirla y con la ayuda del mechero que, al parecer, su hermana le puso junto con un paquete de cigarrillos debajo de la almohada, le llevó al fatal y desgraciado desenlace que conocemos.

- Para evitar que, como había sucedido dos noches antes y otras más en sus tres meses de ingreso, saliese al pasillo gritando y amenazando al personal, provocando así molestias a los enfermos que están ingresados para ser cuidados y, en la medida de las posibilidades que ofrece la ciencia, curados. Coincido con usted en que la sedación, piadosa o no, y la analgesia en casos de dolor y sufrimientos innecesarios son derechos que cada ciudadano debe manifestar a su médico para que le sean aplicados en caso de necesidad.

En el caso que nos ocupa, estaba prescrita la sedación. Precisamente en esa tarea estaba. la enfermera cuando oyó la alerta de "¡fuego!". Por tanto, como usted ve, la prescripción facultativa coincide con su criterio.

¿Está usted de acuerdo con el deber que tienen los sanitarios de cuidar, pero el derecho también y simultáneamente de preservar su integridad física cuando los riesgos son evidentes? O, por el contrario, ¿cree usted que el personal del hospital Clínico, en particular, debe inmolarse en el ejercicio de su profesión? En el segundo caso, deberá empezar a pensar en pagar más impuestos destinados a la sanidad.

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2. Le ruego, señor Millás, que si desea denunciar a algún médico por prescripciones que considere humillantes para el enfermo, hágalo con nombres y apellidos, no generalice.3. Los enfermeros y enfermeras del hospital Clínico no están envilecidos por aplicar tratamientos o indicaciones del personal facultativo. Son excelentes profesionales con capacidad suficiente para discutir con el facultativo sobre lo oportuno o no de algunas indicaciones. Otra cuestión es que algunos/as no lo hagan o que algún facultativo no lo tenga en cuenta o no acepte que el enfermero o la enfermera opinen. Pero, como digo, ésta es otra cuestión que forma parte de los muchos diálogos pendientes entre los profesionales de la sanidad. En ello estamos.

4. Desea usted saber cuáles son sus derechos como potencial usuario del Clínico. Pues bien, todos los que asisten al conjunto de los ciudadanos que acuden al sistema sanitario público, que son muchísimos, y que CC OO, mi sindicato, lucha cada día para que no se pierdan y se mejoren en el sentido que creo atisbar usted sugiere. No obstante, existe un folleto informativo que se los recuerda. Hay uno que me atrevo a decirle que no tiene, perdóneme. No tiene derecho a prejuzgar a los profesionales del Clínico por informaciones periodísticas que son meras especulaciones de versiones más que dudosas de los hechos objetivos.

5. Otra cuestión que usted plantea es "el precio moral de las correas". Esta sociedad tiene pendientes muchos debates, éste. entre ellos. Mientras nos aclaramos entre todos, le invito, señor Millás, a que visite el hospital Clínico. Me brindo gustosa a ser su lazarillo en nuestro inmenso hospital en el que llevo tabajando 28 años. Y no soy ni médico ni enfermera.

Por último, me gustaría hacerle una sugerencia: lea atentamente lo que publica su diario el mismo día en las páginas una a cuatro de EL PAÍS Domingo -Donantes de vida-, eso también es por prescripción facultativa. ¿Curioso, no?

Por todo ello, creo que esta sociedad debe a la mayoría de los trabajadores sanitarios el respeto y la consideración que sin duda se han ganado. Castíguese a quienes no cumplen con su obligación, pero respétese a quienes cumplen con creces.

secretaria de la sección sindical de CC OO.

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