Animos crispados
Llevo unos años viviendo en Madrid y, aunque es la ciudad que más me gusta, he de decir que estoy bastante harta con el tema de las huelgas, concentraciones y demás manifestaciones. En las últimas semanas, los ánimos están bastante crispados. Iberia, los taxistas o, incluso, los mismos estudiantes de Medicina. Ahora son los trabajadores de Renfe y del Metro. No estoy en contra de que los trabajadores defiendan sus intereses y me parece perfecto que se movilicen. Pero, ¿acaso es estrictamente necesario que secunden y convoquen tal cantidad de huelgas? Por enésima vez, los perjudicados vamos a resultar ser los usuarios.-
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