El sureste de la ciudad sufre las mayores cotas de paro, analfabetismo, fracaso escolar y pobreza
BEGOÑA AGUIRRE El próximo martes, los Reyes Visitarán los distritos del sureste, en los que viven el 40% los habitantes de la capital. Son barrios donde la fuerte inversión en ladrillo de la última década ha barrido 40.000 chabolas, pero, una vez conseguidas viviendas dignas y equipamientos, en estos vecindarios bullen los problemas sociales, que afectan sobre todo a los jóvenes. Carabanchel, Latina, Puente de Vallecas, San Bias, Vicálvaro, Villa de Vallecas, Villaverde y Usera, ocho de los 21 distritos madrileños, concentran los mayores índices de paro, analfabetismo, fracaso escolar, chabolismo y pobreza de la ciudad.
En Madrid también se puede hablar de la desigualdad social norte-sur. El malestar creado por esta situación estalla en momentos concretos, como ocurrió en el otoño de 1991, cuando la oposición de unos vecinos de Villaverde a la construcción de un asentamiento gitano en Los Molinos destapó la caja de los truenos. A pesar de las acusaciones de racismo, miles de personas se manifestaron en el sur contra la droga dejando entrever una preocupación más honda.Carlos Lles, sociólogo-urbanista y director de un estudio sobre la periferia sureste encargado por la Comunidad de Madrid a partir de aquellas protestas de hace tres años, considera que el principal problema de estos ocho distritos no es la falta de equipamientos. "Existen carencias sanitarias y deportivas, y también hay distritos, como Villaverde, con deficiencias medioambientales, pero ésas no son las causas fundamentales del malestar urbano de estos barrios", asegura,
"El problema es que estos inmigrantes, que colonizaron la periferia sur construyendo sus chabolas en lo que era entonces la sala de máquinas de la ciudad, esperaban un futuro para sus hijos que no se ha cumplido por la crisis económica y el encarecimiento del precio de la vivienda", añade Lles.
"Lucharon por conseguir un piso digno y cuando ya lo logran ven que sus hijos tienen colegios suficientes, pero el fracaso escolar se dispara; no encuentran trabajo y si quieren emanciparse se ven obligados a conquistar otra periferia más al sur porque en sus barrios o no hay viviendas libres o son muy caras", apostilla. "Sus expectativas no se han cumplido y la solidaridad que existía hace una década, cuando reivindicaban barrios dignos, ha desaparecido, con lo que se comienza a ver al marginado (drogadictos, gitanos) en el origen de todos los males", concluye.Un paro del 16%
Los datos del estudio, a partir del último censo de 1991, demuestran la polarización de la ciudad. Si un 14,9% de los madrileños estaba ese año en paro, en estos ocho distritos del sur el porcentaje ascendía al 16,05%. Y la tendencia se mantiene igual. Si en toda la ciudad hay un 33% de mayores de 10 años analfabetos y carentes de estudios, en el sureste es el 40%.
Los problemas escolares constituyen una fuente importante de quebraderos de cabeza. El 20% de los alumnos de primaria de estos distritos no' consiguen obtener el graduado escolar, cuando en toda la ciudad es sólo un 13,7% el porcentaje de chavales que se quedan sin esta titulación básica.
El fracaso escolar se concentra especialmente en menos de una veintena de colegios públicos de estos barrios, que acogen a niños con familias azotadas por fuertes problemas y a pequeños de poblados chabolistas gitanos. No hay que olvidar que el 80% de los chamizos de la ciudad se concentran en el sureste.
La pobreza y la marginación también tienen una mayor presencia' en el mediodía madrileño: el 60% de los solicitantes del ingreso madrileño de integración (IMI) o salario social viven. en los barrios del sureste.
Los ocho distritos sureños comparten periferia y problemas sociales, pero entre ellos hay importantes diferencias. Usera y Villaverde, con mayores índices de paro, marginación y fracaso escolar, son los más pobres, y Carabanchel y Latina, los más acomodados, aunque con islotes conflictivos, como Pan Bendito o los alrededores del Cerro de la Mica. Villaverde es el que. presenta un mayor desbarajuste urbanístico y medioambiental, con fábricas y cuarteles abandonados; barrios, como San Cristóbal de los Ángeles, aislados en medio de carreteras, y una degradada ribera del río Manzanares.
El mayor problema social coincide con los vecindarios mejor dotados urbanísticamente, que son los que se acogieron al Plan de Barrios en Remodelación de 1979 para erradicar el chabolismo. Las viviendas y las plazas de la Meseta de Orcasitas, Orcasur, San Fermín y Palomeras Sureste son mejores que en otras zonas, pero la procesión va por dentro: con un paro que supera el 20%, sus habitantes viven sumidos en la precariedad.
Formación y viviendas para los hijos
Los vecinos de los ocho distritos del sureste exigen soluciones a sus problemas. El presidente de la asociación de vecinos del Tercio del Terol (Carabanchel), Nicolás Sánchez, considera que uno de los principales problemas de su barrio (38.450 habitantes) es la falta de vivienda asequible para los jóvenes. Otro, la venta de droga, especialmente en el cercano poblado chabolista del Cerro Mica.Jorge Fernández, presidente de la asociación de vecinos de Los Cármenes (Latina) (13.931 habitantes), considera importante para su zona que se desmantelen las 217 chabolas del Cerro Mica; que la ayuda oficial para rehabilitar las 1.600 deterioradas viviendas del poblado dirigido construido en los años cincuenta se haga realidad y que se invierta en pisos de promoción pública para jóvenes.
Rosa Santos, miembro de la directiva de la asociación Pueblo Unido (Villaverde Alto) (40.459 habitantes), cree que el paro, el consumo de droga entre los jóvenes y la falta de equipamientos educativos, deportivos y culturales son los mayores problemas de su barrio. "Sólo tenemos un centro culltural muy pequeño, un polideportivas a medio acabar y las instalaciones deportivas de las escuelas son insuficientes", asegura.
Para Tomás Benito, portavoz de la asociación de vecinos de Vicálvaro (18.954 habitantes), la desaparición de las casi 300 chabolas, de Los Focos es el objetivo, prioritario. "Llevamos luchando por ello desde hace casi, una década, pero no se consigue y persisten los problemas de Y venta de droga y de falta de luz en la M-40 por los enganches ilegales de los chabolistas", afirma.
Víctor Renes, presidente de la asociación de vecinos de SanFermín (Usera), donde viven 13.670 habitantes, denuncia la degradación medioambiental de. este barrio ribereño del Manzanares. El viejo proyecto de regenerar esta cuenca creando un parque lineal está en vía muerta y el río sigue rodeado de escombreras, chabolas y depuradoras.
Pedro Ortiz, presidente de la Asociación La Defensa de Vallecas Villa (32.635 habitantes), cree que el principal problema de este distrito es la. pobreza, la marginación social y el fracaso escolar. También pide un centro de urgencias, más parques y polideportivos.
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