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Aviones rusos preparan la invasión Chechenia bombardeando la capital

Los bombardeos contra Grozni, la capital de la república de Chechenia, fueron reanudados la mañana de ayer. En Moscú, el presidente uso, Borís Yeltsin, se operó del tabique nasal y permanecerá entre cinco y siete días hospitalizado, hecho que se interpreta como el deseo de Yeltsin de tener una coartada y poder evitar que se le culpe en caso de que la intervención militar en Chechenia, considerada inminente, termine en fracaso.

El presidente promulgó el viernes un decreto por el que ordena al Gobierno "utilizar todos los medios a su alcance" para desarticular a los grupos armados en Chechenia y restablecer en esa república norcaucásica el orden constitucional ruso.Ayer los periódicos moscovitas opinaban que el decreto era una autorización al Gabinete para usar la fuerza en Chechenia. Además, según algunos observadores, con el decreto Yeltsin traspasa la decisión de la intervención militar al, Gobierno. Esta interpretación de los periódicos se vio reforzada después de que el presidente ruso decidiera operarse del tabique nasal y permanecer hospitalizado práctimente durante toda la próxima semana.Así, si todo sale bien, Yeltsin podrá ponerse el laurel de vencedor y explicar que ha dirigido las operaciones desde su lecho de enfermo o decir que el Gobierno ha actuado por su cuenta y sacrificar a algunos ministros si las cosas se complican, opinan los mal pensados.

El Gobierno ruso comenzó ayer a cumplir el último decreto de Yeltsin ordenando "cerrar las fronteras administrativas" de Chechenia y su espacio aéreo. En Mozdok, la localidad de Osetia del Norte donde está el Estado Mayor de las fuerzas rusas concentradas alrededor de Chechenia, el vicejefe del Gobierno, Nikolái Yegórov, se reunió con los titulares de Defensa, Interior y Contrainteligencia, así como con los comandantes de las unidades emplazadas en la zona para discutir los próximos pasos a dar en cumplimiento del decreto presidencial.

Concentración de tropas

"Yeltsin por fin se decidió a usar la fuerza. Tenemos muchos motivos para estar preocupados: Rusia sigue concentrando tropas en las fronteras y los aviones han vuelto a atacar Grozni", dijo Ruslán Chimáyev, viceministro de Exteriores de Chechenia a EL PAÍS. Según Chimáyev, una bomba sin explotar cayó sobre la vivienda de unos rusos que casualmente no estaban en casa y, de acuerdo con la agencia Postfactum, hubo por lo menos una víctima en los bombardeos de ayer.El vicemiñistro de Exteriores checheno reiteró que Grozni está a favor del diálogo, pero dijo que no han decidido aún si asistirán a las conversaciones que deben celebrarse mañana en VIadikavkaz, con delegaciones de Rusia y de la oposición chechena. A Chimáyev le parece una provocación que los inviten a Osetia del Norte, donde hay una enorme concentración de fuerzas rusas listas para intervenir contra Chechenia. "Hay muchas posibilidades, de que los rusos ataquen, porque el puño ya está en alto. Será difícil volver atrás. Al parecer, la guerra es inevitable y comprendemos que no tenemos posibilidades de ganarla", manifestó Chirnáyev.

Un emisario de Ruslán Labazánov, uno de los comandantes de la oposición, llegó ayer a Grozni para ofrecer los servicios de sus hombres al presidente checheno, Dzhojar Dudáiev, en caso de que los rusos invadan la república.

La atmósfera en Grozni, la capital de Chechenia, era ayer más tensa, se veían muchas más armas y las ráfagas de disparos eran más frecuentes. El aeropuerto de la capital exhibe, cual ballenas varadas en la arena, los cinco aviones de pasajeros que tenía Chechenia, totalmente destruidos por los bombardeos de los rusos.

La pista del aeropuerto, que no ha sufrido daños, está bloqueada por camiones y barreras metálicas, con el fin de impedir un aterrizaje de los tropas rusas. Sin embargo, los rusos podrían lanzar paracaidistas al aeropuerto o aterrizar con helicópteros.

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