La asamblea de Izquierda Unida se declara al PSOE enemigo a batir y elude criticar al Partido Popular
Los intentos de los renovadores de Izquierda Unida para hacer que de esta IV Asamblea saliera una crítica hacia el PP, si no más, al menos igual de contundente que hacia el PSOE, resultaron infructuosos. Con el argumento de que "una crítica al PP favorece al PSOE", los delegados aprobaron una durísima declaración en contra del partido socialista, dejando de manera ambigua los posibles pactos poselectorales, en tanto que las refererencias al PP son distantes. En esta asamblea de la paz interna, Izquierda Unida se declaró, como, siempre, republicana "y de la izquierda transformadora".
Como estaba previsto, anoche se presentó una lista encabezada por Julio Anguita seguido de otras 102 personas colocadas por orden alfabético. La corriente Nueva Izquierda está representada por 18 de sus miembros, el PASOC-tiene nueve, igual número que Izquierda Republicana. La Izquierda Alternativa tiene dos, Los Verdes otros dos y los Ecosocialistas ocho. El resto pertenecen fundamentalmente a la mayoría que hasta ahora viene acompañando a Anguita. Hoy, la asamblea votará esta lista de 103, junto a los 16 coordinadores de las federaciones que formarán la mitad del Consejo Político Federal, que se completará el próximo mes con otros tantos miembros designados por las, federaciones regionales.Los delegados trabajaron en comisiones durante la jornada de ayer sin apenas fricciones.
En la comisión Del Manifiesto, los renovadores, a través de Juan Berga, trataban de sacar adelante una definición en contra del Partido Popular que dejara claro que IU nada tienen que ver con la formación que dirige José María Aznar. No fue posible. El representante de la mayoría, Manuel Monereo, argumentó que "preocuparse por el PP favorece al PSOE". No obstante, sí se aceptaron algunas enmiendas que cargaban más las tintas contra los socialistas. "El PSOE es nuestro primer adversario", aprobaron ayer los congresistas. "Seguir pensando en establecer alianzas políticas con el PSOE significa negar la evidencia histórica y adoptar una fracasada subalternidad política y cultural". "Hace falta derrotar política y culturalmente el proyecto que hoy organiza y vertebra el Gobierno del PSOE y éste es el objetivo central de la presente etapa".
La preocupación para los renovadores, e incluso para representantes de la mayoría que pueden necesitar al PSOE para gobernar en ayuntamientos tras las próximas elecciones, se acrecentó cuando la comisión de estatutos aprobó la propuesta deseada por Anguita: la política de alianzas la aprueba el Consejo Político Federal. Esta resolución será de obligado cumplimiento en todas las instancias, en contra de algunas enmiendas que pedían autonomía de las federaciones.
Sin tensiones, como algo ya conocido, IU se declaró republicana. Incluso se aprobó una referencia de Andalucía, en la que se propone "extender la vigencia del principio de soberanía popular a la determinación de la jefatura del Estado, mediante la instauración de la forma de Estado republicana" *
Otras declaraciones de Izquierda Unida sí son consideradas con todo rigor: "IU es un movimiento político y social de la izquierda transformadora que se sitúa en el campo de las fuerzas que trabajan y luchan por construir el socialismo, acabando con la explotación de personas y estados y con la destrucción de los recursos naturales". Asimismo aprueba el estado federal, algo que recordó vivamente el coordinador de Iniciativa per Catalunya (IC), Rafael Ribó.
Dirigentes de IU reconocieron ayer que el asunto de IC podría haber sido el elemento perturbador de esta IV Asamblea. Sin la actuación de los hombres de Anguita, en concreto del coordinador parlamentario Ángel García Castillejo, los socios catalanes hubieran escuchado de varias federaciones apreciaciones para ellos insoportables. Ribó dejó claro que su formación política es "soberana e independiente" de cualquier formación política, incluida IU.
Una comisión estudiará en el plazo de seis meses la forma de colaboración más adecuada entre IU e IC. Este acuerdo hizo que decayeran enmiendas; como la extremeña, que pedían que IC fuera "una federación más".
Otro elemento que apuntaba al conflicto, las relaciones con los sindicatos, también se limó a instancias de la mayoría. Llegaron al pleno enmiendas minoritarias que hacían una descalificación concreta a los sindicatos por su "burocratización", haber actuado "a la defensiva" y no haber hecho lo que los trabajadores querían. Monereo consiguió el apoyo del plenario para bloquearlas.
En la lista para el Consejo figuran cinco destacados sindicalistas: Marcelino Camacho, Agustín Moreno, Salce Elvira y Ángel Campos, los cuatro de CC OO, y Guillermo Alonso del Real, de la UGT. Los tres primeros pasan por tener excelentes relaciones con Anguita y pertenecer al sector más crítico con el secretario general de CC OO, Antonio Gutiérrez.
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