Anguita busca el control total de las alianzas de IU
Julio Anguita se presenta hoy a la IV Asamblea Federal que le reelegirá como coordinador general de Izquierda Unida (1U) con dos triunfos en la mano: el consenso con la oposición renovadora que hace dos años se enfrentó a su liderazgo y una batería de evidentes éxitos en las urnas. Asegurada la paz interna y con el horizonte de unas elecciones a cinco meses vista, Anguita pretende que la Asamblea sancione su política de alianzas -el enemigo inmediato es el PSOE, no el PP- y deje en manos de la máxima dirección federal todo la capacidad de decisión sobre las mismas. IU intenta desde hoy ajustar la máquina para hacer real su aspiración de desbancar a los socialistas. como primera fuerza de la izquierda.
La política de alianzas va ser uno de los ejes del debate de la Asamblea, si bien la dirección de IU no quiere comprometerse a entrar en un diseño detallado antes de saber qué panorama dibujan las urnas en mayo. Anguita, tanto en su informe de gestión como en el manifiesto político, defiende que, si bien IU nunca llegará a pactos globales con el PP, el primer enemigo a batir es el partido socialista. "No es posible realizar pactos de legislatura o de Gobierno con el PSOE sin que se haya producido una ruptura constatable en, cuestiones de fondo con la política del felipismo", señala el manifiesto.Anguita quiere además dejar la puerta abierta para que IU pueda llegar a acuerdos puntuales con el partido de José María Aznar siempre que lo crea oportuno. Se han acabado los. tiempos, como tras las municipales del 91, en que IU defendía la necesidad de pactar con el PSOE para cerrar el paso a la derecha.
Los renovadores han presentado una serie de enmiendas al manifiesto con la intención de que Izquierda Unida deje patente que su "antagonismo y confrontación" con la derecha hace imposible "el acuerdo para la acción política y programática" con el Partido Popular. Desde el ángulo contrario, voces ortodoxas de algunas federaciones plantean extremar la pugna con los socialistas.
Todo es derecha
Así, una enmienda de Euskadi postula que "evitar el avance del PP es evitar que continúen desarrollándose las políticas de derechas del PSOE y su estrategia. Frenar las políticas de derechas es frenar a sus sustentadores, ejerzan hoy el Gobierno o se presenten como alternativa". Una enmienda similar ha presentado la federación de Aragón. Miembros de la dirección creen contar con la mayoría suficiente entre los cerca de mil delegados para sacar adelante sus tesis entre estas dos posturas.
Anguita pretende además que todas las competencias sobre alianzas con fuerzas de ámbito estatal descansen en el Consejo Político Federal -máximo órgano entre asambleas-, aun para los pactos de nivel menor. El líder de IU quiere así garantizar la "coherencia federal", es decir, que su formación haga lo mismo en un ayuntamiento gallego que en otro gaditano, en una comunidad que en otra. Cualquier alianza dependería, así, del cumplimiento obligado de una serie de principios establecidos por el Consejo Político.
Dos federaciones renovadoras -Valencia y Galicia- han presentado sendas enmiendas a los estatutos para que la competencia federal sobre las alianzas con formaciones estatales se limite al ámbito estatal. Es decir, que el Consejo Político Federal decida si se pacta o no con en el PSOE, por ejemplo, en toda España, pero la federación valenciana tenga competencias para llegar a un acuerdo con los socialistas en su propio ámbito.
Anguita y su dirección rechazan este cambio pues. aducen, reduciéndolo al absurdo, que ello supondría abrir la posibilidad de que IU pacte en media España con el Partido Popular y en. otra media con el PSOE.
Sustituir al PSOE
Los socialistas están más atentos que nunca a esta IV Asamblea de IU, precisamente por lo que acuerde en materia de alianzas. El interés no sería tal si no fueran a celebrarse elecciones municipales y autonómicas dentro de seis meses. El PSOE sí se siente capaz de hacer abstracción de su pelea en la política nacional para pactar con Izquierda Unida en ayuntamientos y comunidades autónomas.
Del partido socialista se hablará mucho durante estos tres días en el Palacio de Congresos y Exposiciones de Madrid. Si es o no un partido de izquierdas, si sus bases lo son, pero la política que hace la dirección no lo es, son cuestiones propias de debate de IU aunque por primera vez se acordará que Izquierda Unida se disputa el mismo electorado del partido de Felipe González. Esta declaración y su puesta en práctica supone un éxito para los renovadores de IU, aunque nadie se lo reconozca ahora. Hace más de tres anos que los renovadores vienen defendiendo que su formación debe jugar en el mismo campo que el PSOE, en tanto que Anguita y los suyos teorizaban antes que IU crecería electoralmente recabando el voto de los abstencionistas y los anti-sistema.
De dos proyectos enfrentados a una lista única
En política todo es cuestión de tiempo, para bien o para mal. Para Julio Anguita, coordinador general de Izquierda Unida, el panorama desde mayo de 1992, cuando se celebró la III Asamblea de Izquierda Unida, hasta hoy ha cambiado radicalmente. Entonces resultó elegido sólo con el voto de los suyos -un 60%- mientras que el próximo domingo es más que posible que se acerque al 100%. En poco más de dos años, la disidencia ha quedado reducida a algo más del 20%, no hay líderes que la encabecen y todos están dispuestos a ser razonables y formar una candidatura única liderada por Anguita. El coordinador de IU clausuró aquel congreso con amargura y reconociendo la existencia de "dos proyectos divergentes".Fue un final muy deslucido para un líder político con un 40% de los delegados cruzados de brazos a la hora de votarle. Su principal adversario de entonces, Nicolás Sartorius, hoy no es ni siquera delegado, aunque la venganza ya fue suficiente hace año y medio cuando Sartorius decidió no volver a ser diputado antes de sufrir un voto de castigo, de las bases de IU, suficientemente calentadas ante el cabeza de la heterodoxia.
Seguro que el próximo domingo Anguita está mucho más alegre en la clausura, y, lejos de discursos internos, hará un alegato de ofensiva contra el PSOE para arrebatarles concejales y diputados autonómicos en las elecciones del próximo mayo.
Aquella III Asamblea transcurrió en un puro sobresalto unas veces por cuestiones doctrinales y otras organizativas. Parece que hace casi un siglo desde que la mayoría de entonces diera la campanada al forzar una votación en contra del Tratado de Maastricht. Los renovadores, hoy constituidos en la corriente Nueva Izquierda, se rasgaban las vestiduras. Nicolás Sartorius emergió en esa Asamblea como líder de la renovación midiéndose durante tres días con Julio Anguita.
Hoy será el gran ausente de esta Asamblea para desolación de quienes le siguieron y para alegria de las gentes de Anguita, incluido él mismo. Seguro que se hablará del veterano político, porque, como una vez dijo Pablo Castellano, "Nicolás tiene la virtud de que siempre se hable de él esté o no esté en los sitios". En aquella ocasión, Sartorius estaba rodeado de un plantel brillante: Diego López Garrido, Cristina Almeida, Pablo Castellano, Alonso Puerta, Isabel Vilallonga y Juan Berga, entre otros. Todos continúan aunque nada ya es igual.
La mayoría auguró que todos se irían al PSOE más temprano que tarde. Pero de los 37 miembros críticos que han pasado por el Consejo Político Federal -34 elegidos en la Asamblea, de lo que tres- dimitieron en distintas ocasiones, siendo relevados- sólo lo hizo María Te resa Navas que procedía del Pasoc.
Hoy Castellano y el eurodiputado Alonso Puerta se han apartado del ala crítica y van por su cuenta como dirigentes del Pasoc. El resto de los renovadores no busca el enfrentamiento, sino el acuerdo.
Los tiempos son otros y el. efecto imán de las mayorías ha terminado por reducir, paulatinamente los apoyos de la impetuosa Nueva Izquierda. El crecimiento electoral en las elecciones europeas del pasado junio es un argumento de peso para apoyar a Anguita.
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