Valdano somete a la plantilla a una charla de media hora para reparar el desastre europeo

Jorge Valdano, el entrenador del Real Madrid, recurrió ayer a una charla de media hora con su plantilla para tratar de recuperar la estabilidad del equipo tras la catástrofe de la Copa de la UEFA. Los jugadores no abrieron la boca, sólo escucharon. El técnico, que reclamó máxima concentración en los últimos minutos de los partidos para evitar una psicosis, animó a los futbolistas a conservar la confianza en el estilo de juego y a olvidar cuanto antes el grave tropiezo. Del antes al después del martes, según Valdano, "sólo ha cambiado el ambiente".

El técnico rechazó referirse a las cuestiones puramente futbolísticas comentadas en la reunión. "Son top secret ", dijo. Pero sí habló del conflicto que vive el Madrid con los últimos minutos de sus partidos. "No me preocupa especialmente", indicó. "Nos sobran los cinco últimos minutos de cada partido, pero en los 85 restantes estamos bien. Por porcentaje, sólo nos falta un 7% para ser un gran equipo. Hay que extremar la concentración en los minutos finales para que no se convierta en psicosis. Entonces sí sería grave".Sobre la reunión en sí, el entrenador madridista dijo: "La intención es fortalecer la idea. Recurrir al orgullo de los jugadores y hacerles pensar más en el futuro que en el pasado. Son reuniones que no siempre tienen el mismo tono. Forman parte de nuestra intimidad y las hacemos según una metodología más reflexiva que autoritaria. Es darle a nuestra manera de entender el fútbol un empujón en las malas, que es cuando se pone a prueba el grado de convicción de una idea".

No es la primera vez que Valdano recurre a terapias de este tipo. En el Tenerife ya las utilizó con éxito. "Es fundamental ir corrigiendo el rumbo. Cuando se inicia un proceso, a veces hay que empujar de un lado o del otro hasta poner al equipo en el sitio justo. Las reuniones se hacen con cierto sentido de la oportunidad. Se apela a un discurso que no conviene desgastarlo. A veces es violento, o comprensivo, o abierto, o, como hoy, en el que sólo hablan los entrenadores".

Con todo, Valdano no parece demasiado preocupado por el estado de la plantilla. "No está desconfiada", dijo, sólo dolida. Tiene sensación de incredulidad y de dolor. Lo más dificil de resolver son las dudas, pero éstas no existen. Tenemos como patrimonio un pasado en común, 30 partidos que deben servir como referencia de nuestras posibilidades".

"En el Madrid", añadió, sólo ha cambiado el ambiente. Tenemos la obligación de vencer las influencias que llegan del exterior. No puede haber distracciones. No podemos desgastarnos en polémicas vagas, en debates prefabricados o en agravios más o menos oportunistas. Forma parte del espectáculo, pero en ningún caso nosotros podemos entrar".

La derrota del martes ha provocado una lluvia de críticas contra Valdano. "Esto va a ocurrir también dentro de 20 años. Cuando uno tiene ideas, tiene enemigos. Aquellos que son más delictivos en la defensa de sus intereses [en alusión a José María García] no iban a desaprovechar una ocasión como ésta".

Exceso de confianza

Por otro lado, Laudrup también habló ayer. "Antes del Odense", manifestó, "los equipos venían al Bernabéu con la convicción de que era muy difícil conseguir algo Hay que impedir que esta mentalidad cambie". El danés reconoció dos defectos ante el Odense: "Salimos demasiado confiados y nos hicieron el gol en el último minuto, sin tiempo de remontar".