El Athletic llegó demasiado tarde
El conjunto de Irureta cayó en Parma pese a mejorar al final del partido
EDUARDO RODRIGÁLVAREZEl Athletic se quedó a un solo gol de acceder a los cuartos de final tras un partido lamentable en los comienzos y agónico en el final. Los errores defensivos cometidos por los rojiblancos le privaron de acceder a un mejor resultado frente a un Parma que exhibió madurez y determinación en los momentos claves. Al Athletic le faltó carácter y le sobró fe, pero nunca se hizo con el partido, actuando sólo a impulsos de su orgullo y aprovechando las carencias físicas de su rival.
El Athletic se armó de valor, exhibió carácter y fortaleza de ánimo al encarar el partido, pero a los 20 minutos ya había ensuciado el traje en la primera ocasión de Zola para demostrar su capacidad para el quiebro.
Los rojiblancos no querían exteriorizar su excesiva prudencia ni manifestar miedo. Urrutia se encaró con su rival, Andrinúa aceptó el juego duro, pero el disfraz escondía el objetivo prioritario: dominar el balón y especular con las ansias del Parma. En ello fracasó el Athletic de principio a fin y propició las acometidas parmesanas siempre dirigidas por la inteligencia de Baggio, por la habilidad de Zola y tramitadas por la velocidad de Mussi, para recorrer su banda.
El terreno de juego, rápido y duro, constituía un riguroso examen técnico en cada control. El Athletic suspendió clamorosamente esa asignatura. En tal ejercicio fundamentó el Parma un gol dinámico, imprimiendo velocidad a sus acciones y alterando a cada instante su estrategia. Los italianos juegan sin arietes, sin hombres punta. La ofensiva provenía siempre de las incursiones de Mussi, al que secundaban todos los mediocampistas sumiendo la defensa rojiblanca en un absoluto desconcierto. El segundo gol de Baggio fue una manifestación pública de dicha estrategia. Todo el Athletic se tiró a degüello a por el lateral italiano, olvidando a Dino Baggio en el punto de penalti.
El tercer gol de Baggio humilló al Athletic, ratificó su debilidad defensiva pero resarció su orgullo. La goleada escocía y Garitano devolvió el golpe con un zapatazo al larguero seguido de un esperanzador gol de Oscar Vales, que entreabría la puerta de la eliminatoria.
Couto no dejó correr el aire y en un nuevo error defensivo cerró de un portazo cualquier esperanza. Sin embargo, el Athletic, que apenas había estado vivo 10 minutos y nunca se sintió capaz de prosperar en el partido, consiguió disputar hasta el último segundo una eliminatoria incierta.
Irureta quería un gol para ratificar sus opciones y consiguió dos pero tan sólo tuvieron efectos anecdóticos en el balance de la contienda. El tanto de Julen Guerrero fue un acto de dignidad de un equipo que actuó con fe, aunque deambuló durante buena parte del encuentro, asimilando su inferioridad con excesiva sumisión. Como ante el Newcastle, el Athletic enseñó su mejor cara en los momentos más agónicos del partido. Demasiado tarde.
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