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LA CRISIS DEL SECTOR AÉREO

Dinero público y ajuste laboral, claves en el caso de Air France

Enric González

Hace doce meses, Air France parecía condenada a desaparecer. La compañía francesa registró en 1993 unas pérdidas superiores a los 8.000 millones de francos (uno, 200.000 millones de pesetas) y, en octubre de ese año, sus empleados de mantenimiento se lanzaron a una batalla campal contra la policía en los aeropuertos parisinos de Orly y Roissy. El presidente de la sociedad, Bernard Attali, lo daba todo por perdido. En estos momentos, un año después, la supervivencia de Air France dentro del futuro previsible está asegurada. Las pérdidas se han reducido a menos de la mitad y en 1996 se espera obtener beneficios. Las perspectivas mejoran lentamente.No hay milagro en la recuperación de Air France. Tres elementos han sido necesarios para que la empresa remontara el vuelo: un nuevo presidente con una capacidad de diálogo casi infinita; una generosa aportación de dinero público, y una rápida reactivacion del negocio aéreo internacional.

La sustitución de Bernard Attali por Christian Blanc fue el punto de arranque. Attali había hundido los puentes de comunicación con los distintos colectivos de la compañía, y Christian Blanc, procedente del transporte metropolitano de París, los reconstruyó minuciosamente. Las negociaciones con los sindicatos estuvieron plagadas de amenazas, ultimátums y puntos muertos, pero culminaron al fin en un referéndum por el que la plantilla aprobó un duro plan de ajuste, articulado en torno a una reducción de plantilla del 20% efectuada por la vía de las bajas incentivadas. En 1993, los trabajadores eran 42.600. De acuerdo con el plan, en 1996 no serán más de 35.000.

El Estado, como propietario de la empresa, aportó 80.000 millones de pesetas para que Air France pudiera aligerar su deuda. La masiva recapitalización fue aprobada por las autoridades de Bruselas, con la condición de que el mercado francés se abriera inmediatamente a la competencia extranjera.

Recuperación

El tercer elemento necesario para salir del agujero era la reactivación de la economía internacional y del transporte aéreo. Air France necesitaba un crecimiento del 6% para que cuadraran sus cuentas, y en los seis primeros meses de este año el alza registrada por las compañías integradas en la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) ha sido del 8%. La coyuntura ha sido favorable. Queda por ver si Air France estará en condiciones, después de esta cura, de hacer frente a la guerra de tarifas que avecina.

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