Rumbo a San Diego
España repite en la Copa del América, la regata de la tecnología
En fechas próximas se botará en Vigo el velero Rioja de España, con el que nuestro país participará a partir del 14 de enero y por segunda vez, en la regata más antigua y prestigiosa del mundo, la Copa del América.Es sólo una regata, pero está en juego es el prestigio tecnológico internacional de los participantes. Desde 1851, fecha en la que los norteamericanos, a bordo de la goleta América, derrotaron a los ingleses en sus propias aguas, ante la reina Victoria, mientras celebraban la Exposición Universal, esta competición ha evaluado como ningún otro evento la capacidad industrial y tecnológica de un país.
A partir de 1958, la regata se convirtió en una prueba abierta a todos los países, tras cien años de historia marcada por el fracaso de todos los desafíos británicos y canadienses a la supremacía norteamericana. En 1983 la Copa del América cambió por fin su monótono guión. El Australia II, con una quilla revolucionaria, se llevó a las antípodas el preciado trofeo y relanzó la prueba definitivamente. Los estadounidenses lo recuperaron de inmediato en la edición de 1987 en Freernantle (Australia), y desde entonces lo han defendido con éxito en dos ocasiones.
Desde la victoria australiana, participar en la Copa América se ha convertido para algunos países en casi una razón de estado, algo así como un título honorífico en su currículum. España participó por primera vez en 1992, con un presupuesto de 4.000 millones aportado en su mayor parte por empresas públicas. Tras unos comienzos algo titubeantes, incluida la pérdida de la quilla. del primer barco en Palma de Mallorca, la tripulación española completó una buena actuación en San Diego, a un paso de clasificarse para las semifinales.
"El principal objetivo después de participar más que dignamente en 1992 era mantener a España en la Copa América. Hay que tener en cuenta que sólo estaremos nosotros y los franceses en tre los europeos", dice Pedro Campos, patrón y principal impulsor del sindicato español. In dica, no obstante, que. con un presupuesto muy inferior a sus rivales será difícil entrar en las semifinales, que es la meta de portiva a la que aspira. "En esta ocasión hemos tomado decisiones estructurales algo arriesgadas. El segundo barco que construimos para la edición del 92 era demasiado sólido; fue un poco el resultado del síndrome de haber perdido la quilla. Aquí, como en la fórmula 1, todo tiene que estar al límite para tener posibilidades. El barco nuevo es un 30% más ligero que el del 92 y hemos apostado por unas condiciones de viento muy concretas, las más habituales en San Diego".
Un aspecto preocupante es que el equipo español tendrá poco tiempo para poner a punto el barco, ya que la competición empieza el 14 de enero y el barco no estará en condiciones de navegar en San Diego antes del 26 de diciembre.
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