Salir del túnel
Dos años después del secuestro, la farmacéutica de Olot lucha por superar las secuelas psíquicas
Ya han pasado dos años y Maria Ángels Feliu, la farmacéutica secuestrada en Olot el 20 de noviembre de 1992, empieza a sentirse libre de verdad y a superar las secuelas psíquicas del calvario que la mantuvo alejada de los suyos durante 492 días.Según los informes médicos incluidos en el suma del caso, de las s principales patologías que afectan normalmente a las víctimas de un secuestro, Maria Ánels padecía ambas: un acusado síndrome de Estocolmo -identificación con sus agresores- y un tenso estrés postraumático: revivía periódicamente las duras experiencias sufridas.
Además, Feliu sufría la llamada "anestesia emocional" que comporta, según el informe, "desinterés por los demás, por la ternura, la intimidad y la sexualidad". A este fenómeno psicológico cabe achacar, a juicio de los forenses, el tantas veces retransmitido beso frío que Maria Ángels dio a su esposo en su primera aparición pública.
La farmacéutica demostró en esos momentos una aparente fortaleza que le permitía incluso mantener el sentido del humor. En realidad, sufría una gran inseguridad, miedo, frecuentes "crisis de llanto" y "sentimientos de culpa por haber sobrevivido".
Maria Ángels lo superó poco a poco. En posteriores reconocimienlos los médicos observaron que había desaparecido "el sentimiento de autoinculpación para dar paso al deseo de que Ios responsables sean detenidos y entregados a la justicia".
Hoy, Maria Ángels se ha reincorporado a la vida cotidiana. Sólo quiere olvidar. Mientras tanto, la historia judicial del caso parece estar en vía muerta. A pesar de las diligencias emprendidas. recientemente por el juez, ninguna luz permite formular acusaciones concretas. La causa está al borde del sobreseimiento.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.