Mueren siete militares al caer un helicóptero en unas maniobras en Fuerteventura

Los siete ocupantes de un helicóptero militar UH-10, seis militares profesionales y uno de reemplazo, murieron ayer en Fuerteventura al estrellarse el aparato poco antes de las 10 de la mañana, hora canaria. La aeronave, del Batallón de Helicópteros de Mamobra número 6 del Ejército de Tierra, con base en Los Rodeos (Tenerife), hacía un vuelo rasante cuando, según las investigaciones, una de sus palas se enganchó a los cables de alta tensión que cruzan el barranco de la Herradura. Es el más grave accidente de un helicóptero militar en España en los últimos 10 años.

Tras colisionar con el tendido eléctrico, el aparato fue a estrellarse contra una de las laderas del barranco, situado cerca de Los Estancos, antiguo aeropuerto de Fuerteventura, a unos cuatro kilómetros al norte de la capital de la isla.El helicóptero participaba en los ejercicios Beta, incluidos en el Plan General de Instrucción y Adiestramiento, que desarrollaba la VII Bandera del Tercio Don Juan, de Austria de la Legión, con guarnición en Puerto del Rosario, capital de Fuerteventura. Las maniobras comenzaron el pasado lunes, día 14, y debían finalizar el próximo domingo, pero han sido suspendidas.

Cuatro de las víctimas pertenecían a la Legión y las otras tres al batallón de helicópteros de Tenerife. Los fallecidos son el capitán piloto Carlos Rocha Castilla, natural de Ceuta; el sargento piloto Ramón Menchón Pellicer, originario de Murcia; el sargento mecánico José María Plaza Martín-Albo, de Ciudad Real; el capitán Jorge Castillo Wandosell, madrileño y jefe de la primera compañía de la VII Bandera del Tercio Don Juan de Austria; el sargento legionario Santiago Palacios Páez, de Badajoz; el cabo de la Legión José Ángel Gómez Crespo, natural de Alicante, y el legionario Ángel Carlos Guisado Burgos, nacido en Cáceres. Todos ellos eran militares profesionales, excepto Ángel Carlos Guisado, que cumplía su servicio militar en la Legión.

Según fuentes de la Zona Militar, las víctimas del accidente salieron despedidas del aparato como consecuencia del impacto. Las dificultades de acceso al barranco impidieron en un primer momento cuantificar el, número exacto de víctimas. El helicóptero, modelo UH-10 y matrícula EKT208, fabricado por la empresa norteamericana Bell, es un transporte ligero de personal y tiene capacidad para 13 personas.

Fuentes militares indicaron que, a la espera del resultado de la investigación, el accidente pudo deberse a un fallo humano, ya que la visibilidad era buena. No obstante, los pilotos de las FAMET (Fuerzas Aeromóviles del Ejército de Tierras) están adiestrados para eludir este tipo de obstáculos.

Cinco de los ocupantes del aparato, cuyos restos quedaron esparcidos en un radio de cien metros, fallecieron en el acto y los dos restantes, mientras se procedía al rescate.

El accidente de ayer es el más importante que ha sufrido un helicóptero militar español en los últimos diez años. El 5 de septiembre de 1990, los cinco ocupantes de un helicóptero militar, uno de ellos civil, fallecieron al precipitarse la aeronave en aguas próximas a la localidad tinerfeña de Candelaria.