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NECROLÓGICA

William A. Higinbotham, físico y padre de los videojuegos

William Alfred Higinbotham, físico estadounidense que colaboró en la fabricación de la primera bomba atómica y fue uno de los grandes defensores de la no proliferación de la enegía nuclear, falleció el pasado jueves, a los 84 años, como consecuencia de un enfisema en su domicilio de Gainesville (Georgia, Estados Unidos).En el verano de 1958 decidió hacer más divertida la exposición anual del Brookhaven National Laboratory de Long Island, Nueva York, en el que trabajaba y arregló un osciloscopio para que el público pudiera jugar al tenis en una pequeña pantalla. El invento, que según él declaró le había supuesto dos horas de trabajo para diseñarlo y una semana para fabricarlo y ponerlo en marcha, fue un gran éxito. Sin embargo, él no le concedió la menor importancia Y no lo patentó. A principios de los años setenta apareció el primer videojuego, llamado Pong, con un notable parecido al creado por Higinbotham.

Nacido el 25 de octubre de 1910 en Bridgeport, Conneticut, en una familia de origen irlandés, Higinbotham, cuyo padre era ministro presbiteriano, se graduó en Física en la Cornell University de lthaca, Nueva York. Los rigores de la depresión económica de los años treinta le obligaron a trabajar en los oficios más diversos: jardinero, instalador de radios y servicios de megafonía, cocinero y acordeonista en una orquesta, mientras preparaba su tesis doctoral sobre las emisiones electrónicas. En 1937 se incorporó como técnico al departamento de Física de su universidad. Cuatro años más tarde pasó al Instituto de Tecnología de Massachusetts.

En diciembre de 1943 fue seleccionado para trabajar en el proyecto Manhattan, en el laboratorio nacional de Los Álamos, en Nuevo México, donde desarrolló una serie de componentes electrónicos para la primera bomba atómica. Una vez terminada la II Guerra Mundial, se convirtió en uno de los principales promotores de Federación de Científicos Americanos, un grupo dedicado a denunciar los peligros del armamento nuclear y a pedir medidas de control para evitar su proliferación. Hasta su muerte, Higinbotham dividirá su tiempo entre esta causa y la investigación. Precisamente, la Federación de Científicos Americanos había decidido bautizar el próximo mes su sede central en Washington con el nombre de Higinbotham Hall.

En cuanto a su vida profesional, Higinbotham trabajó en los laboratorios Brookhaven durante 47 años, desde 1947 hasta su jubilación, en 1984, y después como asesor hasta su muerte. Aunque entre ellas no figuren los videojuegos, en su crédito existen más de 20 patentes de circuitos electrónicos.-

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