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La justicia francesa ordena la detención del dirigente etarra Azkoiti

La Justicia francesa cursó hace sólo dos semanas la orden de detención contra José Luis Arrieta Zubimendi, Azkoiti, el dirigente de ETA que burló meses atrás la vigilancia policial a que estaba sometido en Francia para, según fuentes policiales españolas, incorporarse a la cúpula de la banda.La orden de arresto fue reclamada por parte española después de varios meses de desconcierto policial en ambos lados de la frontera. De hecho, semanas después de la desaparición de Azkoiti, la juez parisina encargada de los Asuntos, Antiterroristas, Laurence Le Vert, envió a las distintas policías la siguiente instrucción: "Si ven a Azkoiti, comuníquenme sus pasos, pero no le detengan".

La idea de que el protagonista visible de la denominada vía Azkoiti, -frustrado intento de fomentar dentro de ETA una salida dialogada de la violencia-, había decidido zafarse de la vigilancia para dotarse de credibilidad personal a la hora de transmitir sus planteamientos a otros activistas y ex dirigentes de ETA hizo dudar durante mucho tiempo a las fuerzas de seguridad.

El propio Arrieta Zubimendi contribuyó a fomentar las dudas manteniendo abierto alguno de los contactos establecidos durante los largos meses en los que llevó a cabo sus presuntas gestiones para buscar el fin de la violencia terrorista. Al cabo de algún tiempo el silencio se hizo total y la policía comenzaron a acumular indicios de que Azkoiti había pasado a integrarse en la dirección de ETA. Constatada la burla, los responsables policiales españoles, entre ellos, el consejero de Interior, Juan María Atutxa, reclamaron a la Justicia francesa su detención.

Libertad de acción

Durante el tiempo en que permaneció custodiado por la Policía francesa, Azkoiti dispuso de teléfono y fax, y gozó de tal libertad de movimientos que incluso concedió una entrevista al diario Egin. Aunque las circunstancias que impulsaron su fuga no han sido claramente establecidas, todo hace suponer que la dirección de ETA decidió sustraerle de la vigilancia policial para poner fin al "espectáculo" de un antiguo dirigente empeñado en gestiones dirigidas por control remoto por la propia policía.Distintas fuentes aseguran que, tras ser detenido en la fábrica Sokoa de Behobia en noviembre de 1986, Azkoiti, amigo del desaparecido Txomin y elemento crítico con el rumbo de ETA en aquellos años, optó por reservarse el control del dinero y del armamento que estaba bajo su custodia.

Precisamente, José Luis Arrieta y el hoy considerado máximo dirigente de ETA, Ignacio de Gracia Arregui, Iñaki de Rentería coincidieron en la fábrica Sokoa, utilizada por ellos y por otros miembros de ETA como tapadera. En los últimos tiempos, los expertos policiales han analizado los escritos y comunicados de ETA tratando infructuosamente de descubrir en los textos de la organización terrorista planteamientos achacables a la influencia de un elemento teóricamente más posibilista y moderado como Azkoiti.

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