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Tribuna
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Un sabio

Manuel Vicent

Ha muerto un sabio español, Luis Vázquez de Parga. Era un medievalista de gran prestigio en las universidades de Europa y América. En algunas cuestiones de investigación histórica tenía la última palabra entre los científicos más acendrados de todo el mundo. Muy pocos españoles conocían o se interesaban por el trabajo de este discípulo de Sánchez Albornoz. En un país con tan poca nobleza intelectual como éste, es lógico que su muerte haya pasado inadvertida. Sólo ha merecido una nota pasajera en la humillante sección de necrológicas en algún periódico y eso gracias a la intervención de los amigos. Se quedó corto Ortega cuando habló de la España invertebrada. El mal que nos invade ahora es más profundo. No es que este país carezca de estructura ósea. Parece que también se ha quedado sin cartílagos e incluso hoy la médula de España es confusa, emulsiva y algo apestosa. Muchos ciudadanos sienten la necesidad casi agónica de encontrar en la política y en la cultura una base sólida y noble en que apoyarse para sobrevivir moralmente. Esa base no existe. Mientras un gran sabio es enterrado en la clandestinidad que se deriva de la ignorancia colectiva, el país se debate en una atmósfera de corrupción, pero dentro de ella no sólo hiede la política. También es corrupción moral e intelectual la exaltación pública de personas de la cultura que desplazan mucho más de lo que pesan y el miedo a enfrentarse a figuras anquilosadas y podridas que tienen un gran poder de represalia. En medio de esta confusión y cobardía ha muerto un gran sabio español sin que nadie lo haya exaltado. El historiador Vázquez de Parga es el símbolo de otros ciudadanos de este país que trabajan en el anonimato de los laboratorios, cátedras, archivos y gabinetes. Ellos también rompen el principio de Arquímedes. Pesan mucho y socialmente desplazan muy poco. Pero gracias a que esto sabios ignorados existen, aunque no los conozcamos, muchos españoles podemos sobrellevar la basura política y cultural que nos rodea.

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Sobre la firma

Manuel Vicent
Escritor y periodista. Ganador, entre otros, de los premios de novela Alfaguara y Nadal. Como periodista empezó en el diario 'Madrid' y las revistas 'Hermano Lobo' y 'Triunfo'. Se incorporó a EL PAÍS como cronista parlamentario. Desde entonces ha publicado artículos, crónicas de viajes, reportajes y daguerrotipos de diferentes personalidades.

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