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Balladur y Chirac rinden homenaje a De Gaulle por separado

Enric González

La derecha francesa afronta las elecciones presidenciales, como cada siete años, en plena batalla interna y sobrecargada de candidatos. Los dos líderes del gaullismo, Jacques Chirac y Édouard Balladur, no fueron ayer capaces de unirse ni siquiera para el tradicional acto de homenaje ante la tumba del general Charles de Gaulle, en el aniversario de su muerte.Un diputado de la coalición giscardiana Unión para la Democracia Francesa (UDF), Charles Millon, anunció que se presentaría como candidato si no lo hacían su jefe natural, Valéry Giscard d'Estaing, o el presidente del Senado, René Monory. El proyecto de una candidatura única de los conservadores parece condenado al fracaso.

Millon afirmó que la UDF no debía, bajo ningún concepto, renunciar a un candidato propio en las presidenciales. Una parte de la coalición, que agrupa a partidos centristas y conservadores, se mostró de acuerdo. La mayoría de los diputados de la UDF reafirmaron, sin embargo, su respaldo a la candidatura del primer ministro gaullista, Édouard Balladur.

Las divergencias en el heterogéneo movimiento giscardiano complican la situación de Balladur y de la derecha en general, en riesgo de balcanización por la proliferación de candidatos y las profundas diferencias sobre la cuestión europea.

Cuatro aspirantes

Candidatos declarados hay, en realidad, sólo dos: Chirac y Millon (o Giscard). Pero nadie pone en duda que Balladur saltará también a la arena. Agregando la ya oficial candidatura ultraderechista de Jean Marie Le Pen (12% de los votos en las europeas), resultan cuatro aspirantes. Demasiados a repartir y, sobre todo, demasiados a pelearse por los mismos votos, en beneficio de la izquierda.El alcalde de París y presidente de la Reagrupación para la República (RPR), Jacques Chirac, abrió la caja de los truenos al prometer un nuevo referéndum sobre la Unión Económica y Monetaria si era elegido. Chirac hizo un claro guiño a quienes votaron no en el referéndum sobre Maastricht, muy numerosos en el gaullismo.

En la UDF, dominada abrumadoramente por los europeístas, cundió el temor a que el soñado candidato único de la derecha (Balladur, desde el punto de vista giscardiano) tuviera que conciliar a los dos bandos del gaullismo, los del sí y los del no, en un ejercicio de malabarismo semántico.

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"Un solo candidato gaullista se verá forzado a conciliar puntos de vista opuestos y, por tanto, a emplear un lenguaje confuso y tímido, como sucedió en las últimas elecciones al Europarlamento, lo cual no dejará a los europeístas otra opción que la del voto a Jacques Delors y la izquierda. Por eso creo que debe haber un candidato de la UDF, capaz de defender sin reservas la construcción europea", afirmó ayer Charles Millon.

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