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Borrell desmiente irregularidades en las relaciones de SEPES con Palomino

EL PAÍS El ministro de Obras Públicas, José Borrell, declaró ayer en el Congreso que "no, hay nada irregular ni reprochable en la venta de una parcela de la Sociedad Estatal de Promoción y Equipamiento del Suelo (SEPES) a Talleres Palomino", y precisó que "el Gobierno no tiene por qué pronunciarse, sobre este tema, puesto que es una cuestión privada". El PP e IU retaron al presidente del Gobierno a que aclare las imputaciones contra su cuñado Franncisco Palomino, y pidieron a González que no confunda las críticas con un ataque a las instituciones.

Borrell dijo en el Congreso: "Uno no se puede fiar de ciertas, informaciones que, como en el caso del jacuzzi de mi despacho, son totalmente falsas. Por cierto, que aún estoy esperando una rectificación sobre esa infoTinal ción". El titular de Obras Públicas solicitó una seria reflexión a los medios de comunicación que suelen incurrir en "informaciones falsas, por no decir tendenciosas, ya que Talleres Palomino no ha, recibido ningún trato diferente respecto al resto de compradores de SEPES en Sevilla".

El ministro se refería a la acusación lanzada por El Mundo contra Francisco Palomino de dar "un pelotazo inmobiliario" con la compra de la parcela y la posterior venta de la empresa Talleres Palomino SA, propietaria a su vez de la parcela y "en quiebra técnica", al grupo CAE (Control y Aplicaciones SA).

A finales de 1988, la familia Palomino compré a SEPES por 39 millones la citada parcela en el polígono sevillano de la Isla,donde construyó unas naves a las que trasladó Talleres Palomino SA, empresa de fundición, y estructuras metálicas creada por el padre y constituida en sociedad anónina en 1972.

Meses después, CAE compró la empresa por 310 millones, mientras que los Palomino se adjudicaron, según ese diario, 50 millones "como dividendos de beneficios ficticios". En 1990, CAE pasó a manos de Dragados, que, tres años más tarde, introdujo a Talleres Palomino -rebautizada como Talleres Itálica- en su contabilidad por valor de 385 millones, con la subrogación, según el citado diario, de un crédito de 230 millones, más otros 150 de intereses debidos que hace efectivos.

Palomino ha precisado que la parcela no fue adquirida por él, sino por la empresa Talleres Palomino, a SEPES, "entidad con la que aquella cumplió escrupulosamente las obligaciones asumidas, construyendo las instalaciones previstas". Asimismo, desmiente que él o la sociedad aludida enajenaran la parcela. Por el contrario, afirma que vendieron a CAE los terrenos y la industria instalada en ellos, en la que trabajaban en torno á 80 personas.

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Por su parte, Dragados puntualiza que CAE compró Talleres Palomino en 1989, mucho antes de que Dragados tuviese relación alguna con ella. Su entrada en CAE, se produjo en 1990 mediante compra de acciones en bolsa y posterior oferta pública de adquisición de participaciones. En 1993, cuando Dragados era propietario del 98% de CAE, se transfirieron los terrenos de Talleres Itálica y sus naves al balance de Dragados por 385 millones en base a una tasación.

Ante la airada reacción del presidente del Gobierno a lo publicado, que atribuyó a "campañas calumniosas que afectan a las instituciones", el diputado del PP, Federico Trillo, le ha retado a "esclarecer la presunta implicación de su cuñado en operaciones irregulares o, en su defecto, abrir una investigación sobre este asunto". Por su parte, el presidente del PP en Andalucía, Javier Arenas, reclamó para el Parlamento de esa comunidad esta tarea.

El secretario de Organización de Izquierda Unida, Mariano Santiso, afirmó que González incurre en "irresponsabilidades" por considerar que las críticas pueden poner en riesgo a las instituciones o a la propia democracia.

La venta

La venta de una parcela de 15.306 metros a Talleres Palomino si se ajustó a las mismas condiciones aplicadas al resto de compradores, según una nota del Ministerio de Obras Públicas, departamento del que depende SEPES, promotora del polígono.La operación se realizó, entre 1988 y 1989, con el compromiso de construir una instalación industrial en la parcela, y la subrogación, en caso de futura transmisión del nuevo propietario, en todos los derechos y obligaciones del comprador actual. El primer pago al contado ascendía a 3.979.560 pesetas, más 7.039.022 pesetas de IVA y 16 pagos semestrales pendientes, de 3.417.435 pesetas.

En la transmisión se constituyó una hipoteca sobre la parcela como garantía de los pagos aplazados por valor de 114.825.816 pesetas. En el mes de junio de 1991 se cancelaron las cantidades adeudadas y se formalizó la escritura en favor de Talleres Palomino.

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