Al dictado
La Bolsa española consiguió ayer una reacción in extremis gracias a la orientación alcista de Nueva York. Los inversores participaron sólo al final, cuando parecía más o menos claro que los riesgos inmediatos quedaban amortiguados por la subida del mercado, que lleva la voz cantante. Una vez más, se pone de manifiesto la cortedad de los plazos con, que se trabaja en los mercados, ya que las decisiones se toman en minutos y con la vista puesta en el final de la sesión, puesto que lo que suceda después en Estados Unidos habrá que valorarlo en la sesión de hoy. La contratación de esta jornada fue de 23.690 millones de pesetas efectivas, cifra muy alta en relación a lo que los inversores han puesto en juego, lo que descarga la responsabilidad de la sesión en las instituciones, últimamente muy activas en el trasvase de títulos entre carteras. Ayer mismo, se conocía una aplicación sobre casi el J. 01/o del capital de Ebro Industrias Agrícolas, a todas luces la participación de Javier de la Rosa en esa sociedad.
Las bolsas europeas conseguían remontar posiciones sin demasiados es fuerzos, aunque cada una de ellas lo hizo en función de las expectativas del país respecto de los tipos de interés. París, uno de los mercados más sensibles a este tema, subía un 2%, mientras que
Londres ganó el 0,75% y Francfort un 0,45%. El índice general de Madrid terminó subiendo un 0,77% después de una sesión con escasos alicientes. El Ibex 35 ganó el 0,94%.
