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En Kenia se piensa mucho en tí

Diosa Cibeles. Plaza del mismo nombre.Madrid.Muy señora mía:El que suscribe, Richard S. Singstone Moore, de 63 años, célibe, natural de Dykingstone (Nueva Inglaterra), residente en Madrid, maestro de billar, traficante de' almas y espía a sueldo de potencias estrafalarias, a usted, con ánimo de dejarlo claro, manifiesta: Que los avatares de mi intrigante profesión me obligan a permanecer en estos momentos infiltrado aquí, en Nairobi, a verlas venir (sílfides negras merodean cual sirenas buscando a quién devorar). Mis jefes pretenden quitarme de la cabeza esta fijación que servidor tiene con usted. Y me han mandado lejos esta vez, los muy bellacos. Pero lo mismo le digo una cosa que otra: la distancia sólo conseguirá incrementar mis delirios. Mienten como bellacos quienes afirman que la distancia es el olvido. ¡Eso, es una falacia, simplemente un bolero!

Vayamos al grano: yo estoy loco por usted. Más en concreto, como una cabra. Pero Kenia, señora mía, está llena de cabras asilvestradas y montaraces desde tiempos inmemoriales. Cada vez que oteo a una de ellas se me alborotan las potencias, me viene el caracolillo, se me instala la melancolía, me acuerdo de Madrid, me atacan lágrimas negras y siento la inmensa pena de mi extravío. Es decir, que se junta el hambre con las ganas de comer.

Esto, señora, está llena de lagos. Hay uno muy grande que se llama Victoria. Ahora bien, lo mire por donde lo mire, siempre me parece más proceloso el estanque del Retiro, aunque nadie me lo cree. Asimismo, los montes aquí son la leche, en especial el denominado Kilimanjaro. Sin embargo, con un poco de imaginación, donde esté la cuesta de las Perdices que se quiten estos picachos. Y volviendo a las susodichas cabras, la putas de Nairobí tienen mucho que enseñar a las nuestras, dicho sea sin ánimo de provocar. A mi vuelta, comentaré con usted cierto proyecto que tengo para reconvertir a las lumis del foro que, la verdad, precisan una urgente puesta al día porque están más antiguas que la Dama de Elche. Digo yo si no convendría legalizarlas de una vez por todas.

La gente de estas tierras es tan pagana como usted misma, dicho sea sin acritud. Pero también tienen cosas buenas y sospecho que no carecen de alma inmortal, con sus valores eternos, sus manías, sus recoveos. Me pongo negro cuando veo que mucha gente no reconoce algo tan elemental.Según creo, anda por ahí otra vez Chavela Vargas. Cuando la vea pasar', dígale que la quiero y que pienso volver a sus brazos otra vez; y que cuando me acuerdo de ella, parece como que alguien no pone la mano aquí, Macorina. En mis sueños le colmo de bendiciones.Otros muchos buitres intentarán requebrarle a usted en mi ausencia. Pero usted, señora, ni caso. Siga sentadona en su carroza, esquiva ante el paso de los mamones, jaleando al Real Madrid, incitando a la barbarie sosegada y controlando a esta ciudad, cuya vida guarde Dios muchos años. Y hablando de Dios: bueno, adiós.

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