El juez confirma la prisión de De la Rosa porque el financiero escapó al conocer la orden de detención
Uno dé los fundamentos principales del auto que confirma la prisión de Javier de la Rosa es que el juez, Joaquín Aguirre, tiene el pleno convencimiento de que el financiero intentó huir. El juez alega que De la Rosa abandonó su domicilio de Barcelona "preventivamente para evitar la acción de la justicia". Añade el auto que confirma la prisión que se trata de una persona con "un yate y un avión propios, amen de un abundante peculio [dinero], lo cual le otorga una mayor facilidad para huir al extranjero". Para el magistrado, los indicios de falsedad, estafa y apropiación indebida persisten y por ello le mantiene en prisión. La mujer del financiero, Mercedes Misol, declarará como inculpada el próximo jueves.
La orden de detención contra Javier de la Rosa fue dictada el viernes 14 de octubre para ser ejecutada el lunes 17, aunque el juez advertía que la policía debía intervenir si el financiero intentaba huir de España. El día 17, la policía acudió a su domicilio y no le encontró: "Resultó que el inculpado se había ausentado preventivamente para eludir la acción de la justicia y que esa misma noche [lunes 171, a sabiendas de que existía una orden de detención, no se presentó ante ninguna autoridad judicial o policial sin que sirva de excusa que al día siguiente -el martes 18 de octubre- se personara en las inmediaciones del edificio de los juzgados, pues la presenta ción ante la justicia ha de ser inmediata y no cuando lo estime oportuno el inculpado", señala el auto.Tanto el auto que confirma la prisión de De la Rosa como el que ordena la misma, situación para el hombre de confianza del financiero, Arturo Piñana, dan especial importancia a la "alarma social" que ha generado el caso. Aclara, no obstante, que la existencia de la alarma no ha venido dada sólo por el amplio tratamiento de las supuestas irregulares del financiero al frente de Grand Tibidabo y otras sociedades en los medios de comunicación, sino por "la percepción que el juez, como ciudadano que debe estar integrado en la sociedad, tiene del sentir social en su conjunto, lo cual le permite aplicar su libre, que no arbitraria, valoración del concepto de alarma social".
Con independencia de la valoración de las posibilidades de huir y de la alarma social, el juez retorna algunas de las acusaciones formuladas en el auto de prisión inicial y rebate la tesis de la defensa. Concretamente, el magistrado discrepa de] argumento de Joan Piqué Vidal sobre la auditoría realizada en las cuentas de Grand Tibidabo. Para la defensa, en el citado informe el auditor precisa que no puede hacer el estudio de cobrabilidad de una deuda a recuperar contra su principal accionista -De la Rosa- por un importe de 1.935 millones de pesetas por carecer de toda la información precisa. El juez opina lo mismo pero con el matiz de considerar que si el auditor no tuvo suficiente información se, debió a que no existían más datos "lo cual supone tanto como decir que no existían garantías de cobro de aquella deuda y que, en consecuencia, nos encontramos ante unos hechos que revisten los caracteres de apropiación indebida".
Añade, además, que fue: el propio De la Rosa el que "concedió créditos sin ninguna garantía de recobro, a sociedades de las que él era, a su vez, accionista mayoritario". También rechaza la tesis de la defensa, en otra operacion, de que el reconocimiento de una deuda es prueba de que no hay delito: "Sería tanto como decir que el reconocimiento de deuda es una especie de excusa absolutoria no tipificada".
En cuanto al auto de prisión de Piñana, asesor fiscal y administrador de De la Rosa, el juez sostiene que fue "cooperador riecesario" en transacciones que han causado graves perjuicios a cientos de accionistas de Grand Tibidabo. "Su cargo y los 20 años de servicio al lado de De la Rosa permiten suponer que tenía perfecto conocimiento del alcance jurídico de aquellos contratos que firmaba", precisa el auto, que rebate la ignorancia alegada por el propio Piñana al declarar.
El juez, que se ha visto liberado del reparto de otros asuntos durante tres meses, tomará declaración el miércoles al presidente de Grand Tibidabo, Juan Cruells, y a Narciso de Mir, hombre de confianza de De la Rosa. El jueves lo hará, también como inculpada, la mujer del financiero, Mercedes Misol, y, como testigo, Emilio Pous.
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