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¿Y nosotros, qué?

PP, PSOE e IU piden que la que rehabilitación del centro se extienda a Vallecas

Las viviendas más arcaicas de Vallecas agonizan entre grietas, humedades y defectos de cimentación. De los 32.000 pisos del casco antiguo del barrio -que hasta 1950 fue un pueblo independiente ' de la capital-, 6.300 están en peligro de desplomarse, según las asociaciones de vecinos. Sin embargo, el plan de rehabilitacion de barrios del Ayuntamiento de Madrid ha excluido esta zona periférica. "Están condenando a un barrio levantado en la década de los treinta y los cuarenta", claman dolidas siete entidades vecinales. Y la preocupación de los ciudadanos del distrito es mayor al conocer que la decadencia de estos pisos -en los que-aumenta la humedad- favorece la aparición de enfermedades crónicas y vasculares, que en Vallecas superan la media del resto de la ciudad.Las viviendas en peligro de ruina están ubicadas en los barrios de San Diego, Nueva Numancia y Puente de Vallecas. Se trata de bloques de tres alturas con pasillos estrechos y pisos de menos de 50 metros cuadrados. Además, 2.000 familias ni siquieran tienen retrete.

Pensionistas y jubilados

Los inquilinos suelen ser pensionistas y jubilados. Sólo en un porcentaje mínimo están habitadas por jóvenes o parejas recién casadas. Pero todos tienen unas condiciones socioeconómicas precarias, con rentas familiares próximas a las 100.000 pesetas.El documento elaborado por las entidades revela peligrosas grietas, fisuras y humedades. Y acechan de forma crítica a 300 bloques. Son los edificios más deprimidos por el paso del tiempo. Tétricos por la falta de luz en su interior. "Pero llenos de vida por dentro", aclara Andrés, un jubilado de 67 años y vecino de la plaza Vieja.

El paisaje más melancólico y sombrío discurre entre la plaza Vieja, la calle del Monte Igueldo y la zona de Ramón Calabuig. En uno de los sórdidos inmuebles, María, una taciturna viuda de 64 años, se lamentaba el jueves: "Vale casi medio millón arreglar la casa". Esta silenciosa mujer lleva viviendo 42 años en un piso de 30 metros cuadrados, con tres pequeñas habitaciones, una cocina minúscula y un cuarto de baño estrecho y sin ducha. "Estoy preocupada, porque si no arreglamos la casa dicen que se nos viene abajo". María, con una pensión de 51.000 pesetas, ve con pesimismo el futuro.

El informe elaborado por Fedekas, Federación de Asociaciones de Vecinos de Vallecas, señala que como este bloque existen otros 100: al límite de la declaración de ruina; y un millar de -viviendas están también- a punto de entrar en la uvi inmobiliaria. La orden de desalojo para algunos es inminente.

En el documento figuran como desaparecidas medio centenar de casas. La mayoría han sido víctimas del paso del tiempo y de los deficientes materiales empleados.

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Los vecinos de Vallecas esperan que el barrio entre en el plan de rehabilitación puesto en marcha la pasada semana. "Hasta la mitad de la reforma podrían pagar las administraciones", suspira Paco Pérez, portavoz de Fedekas.

Las entidades calculan que cada bloque necesita unos cinco millones de inversión. Fedekas ha montado una oficina con ayuda del Gobierno regional para ayudar a los vecinos. "Ahora mismo-podemos auxiliar con el 25% de ayuda a los bloques, pero con el respaldo del Ayuntamiento la subvención se doblaría y el interés de los préstamos sería, bajísirno", explica Paco Pérez. Las entidades han lanzado una campaña de difusión de trípticos en todos los buzones delbarrio para que los vecinos conozcan el auxilio económico que pueden recibir. "Tu casa tiene areglo" es el lema.

De acuerdo

En la Junta de Vallecas los tres grupos políticos, PP, PSOE e IU, se han puesto por una vez de acuerdo para aprobar una proposición ysolicitar la inclusión del casco antiguo de Vallecas en las áreas de rehabilitación urgente. Según Pedro Marcos, portavoz socialista, el panorama es complicado para muchos vecinos. "Discriminar esta zona es un grave error que parece que se puede solucionar", comenta. Las entidades vecinales creen que las medidas deben ser urgentes para frenar a las inmobiliarias, que ofrecen a los propietarios fuertes sumas para derrumbar los bloques y edificar nuevos edificios. Según Paco Pérez, "la iniciativa no es buena porque expulsan a los inquilinos del barrio".

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